La iluminación de retail usa cualidades de la luz para aumentar las ventas en algunos locales comerciales. Ejemplo de ello es el sector alimenticio, donde se emplean conocimientos y técnicas lumínicas para lograr que la comida tenga una apariencia muy atractiva.
Por lo anterior, es común que las tiendas de alimentos se utilice tecnología LED, que al emitir poco calor garantiza una mayor duración de la comida, además es de bajo consumo eléctrico, resalta colores y texturas y da un tono de frescura a la mercancía.
Al pensar en un sistema de iluminación en tiendas, se requiere contemplar el uso de luminarios de riel que se adapten al lugar requerido y logren una iluminación de acento que destaque los alimentos. Cabe señalar que para cada tipo de comida se requiere una luz distinta:
El sitio oficial de Philips menciona que al iluminar carnes y embutidos en vitrina, se recomienda el uso de un LED con luz blanca cálida con un toque rojizo o rosado, que hará que dicho alimento resulte más “tentador”. Asimismo, esta fuente de iluminación disminuye la decoloración natural de la carne y mejora su color rojo.
Por su parte, en los pescados y mariscos, que al ser de colores blancos, rojizos o salmón, se puede utilizar en ellos una luz blanca y fría que realza el hielo que rodea el producto y lo hace verse más fresco. Para el atún por ejemplo, se aplicaría un tono blanco más cálido con toques rojizos.
La iluminación en frutas y verduras cambia un poco. Debido a que estos productos son más delicados, se debe evitar una luz directa. En su lugar, la creación de contrastes es ideal.
El sitio Ledbox explica que para vegetales, la luz blanca cálida permite mantenerlos y resaltar sus colores; en caso de alimentos como lechugas y espinacas se debe casi evitar la luz, en patatas se anula por completo. La luz blanca con tonalidades rojas nítidas pueden acentuar el frescor de las frutas y los colores más cálidos con tonalidades rojas y anaranjadas realzan frutos como manzanas y naranjas.
Para realzar el pan pueden utilizarse distintos tonos: el blanco-amarillo o rojo-marrón, son colores que resaltan las cualidades de estos productos. Al no ser muy sensible a la luz, puede usarse una cálida para realzar el aspecto dorado de las piezas. Así se transmite la sensación de que el pan recién salió del horno, está tostado o es crujiente.
Finalmente, los quesos son productos sensibles al calor y delicados, por lo que la iluminación empleada en ellos debe distribuirse adecuadamente en todo el aparador donde se encuentren, con el cuidado de no generar puntos con mucha luz concentrada. Lo anterior ayudará a conservar la frescura del producto; algunos colores amarillos de la luz resaltan las cualidades del producto y llaman la atención de los clientes.