A más de 2 años de pandemia, el mundo entero ha tenido que adaptarse a una nueva realidad para poco a poco volver a las actividades normales y retomar el curso de la economía. A lo anterior debemos sumar el estado de emergencia que desató la guerra entre Rusia y Ucrania.
El resultado es que hoy en día las cadenas de suministros están prácticamente rotas, donde los materiales y materias primas son cada vez más difíciles de conseguir. En la búsqueda de soluciones en la industria de la iluminación, los países emergentes han tenido que voltear a ver los mercados propios para localizar proveedores que abastezcan los componentes que no afecten la calidad de los productos. La empresa mexicana Zeraus ha confiado en el mercado nacional y no ha dejado de cumplir con sus clientes, a pesar de los tiempos complejos.

En la misma industria, China es uno de los principales proveedores de componentes y materiales en todo el mundo, pero ha tenido un colapso debido a las restricciones que la pandemia causó, dificultado la exportación. En los países dependientes, algunas empresas han tenido que modificar sus procesos de producción, al igual que las cadenas de distribución y el mismo contacto con los clientes, pero son cambios a los que no todas las compañías lograron adaptarse y tuvieron que dejar el mercado.




Zeraus, empresa que dirige Federico Suárez, ha encontrado en los proveedores nacionales la calidad de los insumos que no han afectado su producción ni las relaciones comerciales con sus clientes, a quienes cumple con tiempos cortos de entrega.
Aun vivimos los efectos de la pandemia y las repercusiones en la industria. La forma de hacer negocios ha dado un giro importante y las empresas nacionales han sabido aprovechar lo que la industria mexicana ofrece, tal como lo ha hecho Zeraus, que ve con optimismo lo que vendrá en próximos años.