La comunidad internacional tiene enormes desafíos que debe obligar a revisar y a modificar la forma en que la sociedad produce y consume. En el campo de la iluminación se debe considerar la eficiencia energética, la durabilidad, los materiales y su tecnología. Todo esto sin dejar de lado los procesos de manufactura para conocer el impacto real al medio ambiente, tema que resulta relevante para evidenciar fallas e ir más allá que solo productos verdes, artículos que ahorran energía sin importar sus procesos de fabricación y post venta.
La agenda 2030 de la ONU para el desarrollo sostenible presenta varios objetivos que buscan integrar aspectos económicos, sociales y ambientales. Son puntos clave que brindan un panorama para conocer y vislumbrar las tareas más urgentes. Sin embargo, traducir dichos puntos en resultados tangibles resulta una tarea complicada. Su aplicación práctica solo puede hacerse visible revisando ejemplos reales que hayan establecido avances y mejoras contundentes.
iGuzzini ha logrado asimilarse a estas premisas sin reducir la eficiencia y el compromiso global. Es una muestra de cómo se pueden abordar, proponer y resolver cuestiones referentes a la crisis ambiental desde el ámbito de la iluminación.

La empresa considera la sostenibilidad del producto desde su instalación, la eficiencia, conectividad, uso de materiales reciclados y reciclables, su ligereza y desmontaje. Además, los dispositivos se pueden gestionar con sistemas de control que activan la luz solo lo necesario, generando importantes ahorros energéticos. El 10% restante del impacto ambiental proviene de la producción, materiales, transportación y eliminación.
Al usar elementos reciclados como el aluminio, el acero y el PET se reduce el peso y el tamaño de los componentes y se facilita su desinstalación. Mas del 50% es reciclado y un 94% puede reutilizarse. La empresa contempla ahorros energéticos de hasta un 60% y un 25% adicional si se incorporan sistemas de control.


En el aspecto industrial los procesos de fabricación utilizan energías que provienen 100% de fuentes renovables. El compromiso ambiental considera también la proximidad de los recursos y su uso circular. Al prolongar la vida útil de los productos aumenta su posibilidad de mantenimiento, reparación, actualización o regeneración y post venta con consultoría y eficiencia.
iGuzzini contempla campañas contra la contaminación lumínica, ahorro energético e incluso atención especial a la reducción de empaques de plástico y uso de papel reciclado. La implementación de la metodología WCL (World Class Lighting) busca reducir riesgos de seguridad, mejorar el desempeño, una adecuada transformación digital, automatización de productos y mejoras a nivel de servicio.

iGuzzini como parte del grupo Fagerhult propone soluciones a la emergencia climática con objetivos comerciales científicos. En colaboración con Enel X, que apoya empresas en el ámbito de eficiencia energética, incorpora modelos de evaluación que analizan la madurez de la implementación de los principios de economía circular de negocios corporativos.
Los resultados de todo este esfuerzo fueron reconocidos con la Medalla de Oro Ecovadis, con la que iGuzzini se posiciona entre las 200 empresas con facturación de mas de 100 millones de euros.
Un ejemplo de cómo la crisis ambiental ha obligado a generar constantes mejoras a nivel industrial y social. Las problemáticas ambientales exigen más que nunca romper paradigmas y buscar soluciones más allá de lo convencional, no como una alternativa sino como una necesidad urgente.
FUENTES Naciones Unidas (2018), La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G.2681-P/Rev.3), Santiago