
Ivanpah Solar Electric Generating System es hasta ahora la planta solar más grande del mundo. Con una extensión de 13 kilómetros cuadrados, cuenta con 100 mil paneles solares y tres torres de 139 metros de altura controlados por computadora. Ivanpah permitirá duplicar la cantidad de energía solar térmica producida en Estados Unidos’.’
Fue inaugurado oficialmente el pasado 13 de febrero y es considerado un “ejemplo de cómo Estados Unidos se está convirtiendo en un líder mundial de la energía solar”, además, “demuestra que la construcción de una economía basada en la energía limpia crea empleos, reduce las emisiones de los gases de efecto invernadero y fomenta la innovación estadounidense”, según dijo el secretario de energía de aquel país, Ernest Moniz.
El proyecto es compartido entre las compañías NRG Energy, BrightSource energy y Google, requirió de una inversión de 2 mil 200 millones de dólares y tiene capacidad de generar 392 megavatios, energía suficiente para 140 mil viviendas. Ivanpah se ubica en el desierto Mojave en California.

La región desértica recibe luz solar de 330 a 350 días al año, lo que la hace ideal para los fines con que se construyó la planta. Sin embargo y pese a ser un proyecto que considera la protección ambiental, ecologistas han reclamado que la fauna está siendo afectada por la instalación de Ivanpah.
De hecho, la región albergaba tortugas y coyotes, sin embargo, tuvieron que ser removidos con motivo de la construcción de la planta. Actualmente, las críticas que hay entorno al proyecto es que la reflexión de los rayos solares está provocando el aumento de la temperatura del aire hasta los 500 grados centígrados, lo que afecta la vida de las aves regionales.
“Sabíamos que los proyectos solares pueden ser peligrosos para las aves. Nos dijeron que reconocían el peligro y que lo iban a monitorear. ahora están muriendo muchas aves, y no pasa nada”, señaló el director del grupo de conservación Western Watersheds Project, Michael Connor.
Si bien es cierto que la instalación de Ivanpah disminuirá significativamente las emisiones de CO2 necesarias para producir energía eléctrica; la creciente industria que busca la generación de energía limpia, resulta una paradoja para la conservación de la vida silvestre.