La eficiencia energética como parte integral del diseño

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El ingeniero Martín Hernández nos habla de 3 pilares para el desarrollo de proyectos con criterios energéticos.

Diseñar proyectos de iluminación con criterios de eficiencia energética ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una necesidad que debe ser considerada en todo proyecto y, ante la crisis energética, como especialistas es importante saber de qué manera podemos crear mejores prácticas en este sentido. Sin embargo, todavía hay algunas dudas por resolver, por ejemplo, qué normativas pueden respaldar al diseñador, qué abarca la eficiencia energética y cuál es el panorama actual.

El ingeniero Martín Hernández, miembro de la IES Sección México con más de 25 años de experiencia en iluminación, compartió a Iluminet algunas reflexiones a partir de su experiencia en la implementación de sistemas de eficiencia energética y la enseñanza del tema en distintas especialidades académicas.

Las tres bases de la eficiencia energética

En el imaginario colectivo, la eficiencia energética se encuentra ligada al ahorro de energía, pero es importante hacer una diferencia entre ambos temas, ya que la eficiencia energética conlleva la integración de diferentes especialidades, sectores, personas y dispositivos en los proyectos arquitectónicos.

Para explicar de manera más clara, Martín Hernández hace una analogía con un banco de tres patas. La eficiencia energética es ese elemento en que cada una de las bases tiene su propio enfoque.

  • Aspectos técnicos (sistemas, productos y características de los equipos implementados)
  • Medidas de implementación a nivel organizacional
  • Comportamiento humano

Conocer aspectos técnicos del funcionamiento de los equipos o mediciones para cumplir determinados objetivos es parte importante de la eficiencia energética, pero no es el único rubro. Es necesario implementar estrategias y medidas a nivel organizacional, ya que el usuario interesado debe estar involucrado en el proyecto para hacer un uso eficiente de la energía en las actividades diarias.

Por otro lado se encuentra el tercer apoyo del banco, el comportamiento humano, que es fundamental en la aplicación de estrategias y toma de decisiones. En caso de ignorar este aspecto pueden obtenerse resultados desafortunados pese a la implementación de sistemas o productos de alta calidad.

Al participar en un proyecto que integra eficiencia energética debe considerarse a cada usuario directamente afectado, principalmente a quienes harán uso del sistema como personal de mantenimiento y vigilancia, pues al obviar respuestas o condiciones podemos cometer errores.

El factor humano es igual de importante que las otras dos bases y no tomarlo en cuenta desde un inicio puede repercutir en el tiempo de desarrollo, ya que algunas veces existe renuencia al cambio si las ideas se comunican de manera errónea.

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  • Por ello deben existir diálogos que muestren las distintas intenciones al usuario, pues como menciona Martín, todo mensaje que mandemos contribuye a la concientización.

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  • Respaldo normativo

    Todo diseño debe alinearse con necesidades particulares definidas mediante conversaciones, entrevistas con clientes y usuarios, y visitas al sitio. A la par considera una serie de normativas.

    Como se mencionó al inicio de este artículo, integrar la eficiencia energética ya es un tema obligado, tanto en alumbrado público como en iluminación de interior, toda instalación nueva debe cumplir con la reglamentación determinada y en caso de incumplirla podrá realizar contrato con la Comisión Federal de Electricidad. Mientras que las remodelaciones o actualizaciones cuentan con un marco legal menos exigente, pero pueden someterse a verificación en determinado momento.

    De manera puntual existen normativas con enfoques distintos que repercuten en la eficiencia energética, siendo la NOM-025-STPS-2008, para los valores mínimos de iluminancia, el primer referente de trabajo en iluminación. Pero la eficiencia también está ligada, en todo proyecto, con diseño producto. En ese sentido, México ha establecido normas para lámparas de fluorescencia, de uso general, para LED, para luminarias de alumbrado público y productos generales.

    Para importar o fabricar productos de iluminación, cada empresa debe acudir a un organismo de certificación, validar las pruebas requeridas y confirmar que su producto cumple con las normas específicas.

    Además, para garantizar un uso eficiente de la energía también se requiere verificar que los productos especificados son aplicados de manera correcta. Por ello existen regulaciones como la NOM-007-ENER-2014 y NOM-013-ENER-2014, que indican la densidad de potencia eléctrica máxima en función del tipo de proyecto o espacio.

    Si bien es importante crear estándares, normativas y valores de eficiencia energética, es necesario conocer las condiciones particulares y productos disponibles en el lugar donde serán aplicadas, ya que se pueden adquirir los parámetros más exigentes, pero sería incongruente si el contexto no lo permite por aspectos de disponibilidad o costo, por mencionar algunos ejemplos.

    La eficiencia energética no se reduce a consumo eléctrico y flujo lumínico

    El ingeniero Martín Hernández considera que, como especialistas, debemos dar a conocer todas las características del sistema y las estrategias de implementación, ya que reducir el tema de eficiencia energética a flujos lumínicos y consumo de watts por metro cuadrado es sesgar la información.

    “Los usuarios deben conocer todas las características para usarlas a su favor, pero deben contar con información. Ese es nuestro trabajo, transmitirla de manera clara y sencilla. Un usuario con información tiene elementos para tomar decisiones más claras”, Martín Hernández.

    Finalmente, como todo problema global, requiere tomar acciones en distintos niveles. Cada especialista -sea o no de iluminación- debe ser consciente de los recursos energéticos utilizados en sus proyectos y de compartir la información, para así impulsar medidas que realmente involucren a empresas u organismos y no solo centrar los objetivos en estrategias que dejan la responsabilidad en el usuario final y la sociedad en general.

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