Conocido como ‘oro blanco’, el litio es implementado en múltiples campos: desde la metalurgia, la petroquímica, la producción de vidrio resistente al calor y hasta en la medicina. Además, juega un papel fundamental en la fabricación de baterías y en el área de energías renovables.
El debate sobre su importancia y qué vuelve a este elemento tan codiciado se ha disparado recientemente a raíz de la guerra ruso-ucraniana, pues se especula que las reservas de óxido de litio en Ucrania – las cuales contienen alrededor de 500.000 toneladas no explotadas, según la revista Scientific Collection Interconf – serían uno de los principales objetivos por conquistar para Vladimir Putin.
Pero, ¿exactamente qué es el litio y por qué es tan especial?
El litio es un metal alcalino, altamente reactivo debido a la configuración de sus electrones. Posee un único electrón de valencia en su capa exterior, lo cual le permite formar un enlace químico cuando esta capa es abierta y así conducir fácilmente el calor y las corrientes eléctricas. El litio es también el metal más ligero que se conoce, por lo cual es la opción ideal para las baterías portables, ya que son recargables y pueden llegar a generar tres veces la densidad energética que baterías convencionales de plomo. Por esta razón, el litio se encuentre en casi todos los dispositivos móviles, cámaras digitales, computadoras y vehículos eléctricos.
Asimismo, el litio es un propulsor para el desarrollo de energías renovables, debido a que las baterías de este material son capaces de almacenar altas cargas de energía generada por paneles solares o molinos eólicos. Su ventaja aquí, sobre todo en el área de la iluminación, es la independencia de la red eléctrica. Para el alumbrado público y las instalaciones de alumbrados de emergencia es indispensable que las luminarias puedan permanecer encendidas durante periodos de tiempo preestablecidos sin la necesidad de una infraestructura de cableado adicional.
La tecnología de litio permite que las baterías funcionen por un mayor periodo de tiempo desde que se activa la instalación, consiguiendo un alumbrado más autónomo y con un funcionamiento más duradero, ya que la vida útil de esta batería mejor si es cargada parcialmente en vez de por completo y el ciclo de vida puede llegar hasta los 10 años. Son ligeras en diseño, ocupando un menor espacio y pesando menos que otras tecnologías, y altamente resistentes, con una descarga mensual del 5% al 10%. Además, el rendimiento de la batería de litio no es afectado mientras opere en temperaturas entre 0 ºC y 60 ºC.

Uno de los mayores problemas de la extracción de litio se encuentra en las cantidades masivas de agua que se requieren para el proceso. A pesar de ser una fuente de energía mucho más sustentable, la minería de este recurso no es la más amigable con los ecosistemas donde se encuentran. Generalmente, el litio se extrae debajo de lagos de agua salada, bombeando agua hasta atraerla a la superficie y esperar a que el líquido se evapore para hacer remover el litio una vez seco. Este método se utiliza sobre todo en el área conocida como el “Triangulo de Litio” entre Bolivia, Argentina y Chile. En este último país, en el Salar de Atacama, la actividad minera consume alrededor del 65% del agua en esa área, a pesar de que la región sea de por si escasa en agua debido a la falta de lluvia, lo cual afecta tanto a las comunidades locales como a las especies de este ecosistema.
Según una estadística realizada por el Servicio Geológico de Estados Unidos en enero del 2020, el Triángulo de Litio posee alrededor de 47 millones de toneladas. Esta cifra representa alrededor del 65% de los recursos de litio a escala global. Bolivia es el líder actual en recursos de litio, tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo. Con 1.7 millones de toneladas, México también figura parte de la lista de los diez países con mayores recursos.




Los recursos de litio son, esencialmente, depósitos subterráneos activos en la minería. Las reservas de litio, por otro lado, son depósitos potencialmente explotables. En este caso, Bolivia se queda atrás y es Chile el país con más reservas a nivel mundial, poseyendo alrededor de 8.6 millones de toneladas. No obstante, Australia se encuentra como el mayor productor de litio, debido a que Chile considera el litio como una estrategia importante para su desarrollo económico y decide protegerlo a través de estrictas restricciones ante la explotación extranjera de sus recursos naturales.
El ‘boom’ del litio se debe a la efectividad de sus baterías en el almacenamiento de energía, sobre todo en el desarrollo de vehículos eléctricos. Sin embargo, se estima que solo el 50% del litio en las baterías es reutilizable debido que los procesos de reciclaje actuales no son lo suficientemente seguros o efectivos. Solo el 2% de las baterías de litio en Australia son recicladas.
En el 2018, la empresa británica Bacanora Lithium anunció el descubrimiento de la primera mina de litio en México. Ubicada en el estado norteño de Sonora, esta reserva contiene 243.8 millones de toneladas, volviéndose uno de los depósitos más grandes del mundo y ubicando a México como potencial líder en la futura producción mundial de este material.
A finales del 2020, la compañía china Ganfeng Lithium puso en marcha sus planes para la construcción de una planta de reciclaje de baterías de iones de litio cerca de esta reserva. Se espera que a partir de la minería y el reciclaje simultáneo se pueda maximizar y retener las ganancias dentro de México, así como lograr un ‘ciclo cerrado’ de producción, donde se reduzcan las emisiones generales de energía, teniendo en cuenta la protección ambiental.
Fuentes:
El litio en la guerra ruso-ucraniana
Tecnología de alumbrados de emergencia