Inaugurado en 1996, el Museo de la Luz cumplió el 18 de noviembre 24 años como el único en México encargado de divulgar la ciencia, el arte y la historia entorno al fenómeno de la luz.
Ubicado en primera instancia en el Antiguo Templo del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en 2010 fue reubicado en el Patio Chico del Antiguo Colegio de San Ildefonso uno de los edificios coloniales más importantes de la Ciudad.
El Museo de la Luz es administrado por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, y desde 2018 el físico José Ramón Hernández Balanzar es su director.
“Aquí nosotros estamos hablando de la luz en todo el sentido de la palabra. Incluimos aspectos como su naturaleza física, sus manifestaciones, cómo interactúa con la materia, su importancia como portadora de energía, como fuente de energía de vida sobre el planeta, aspectos que tienen que ver con su generación, con sus usos, con el expendio de la luz, la relación de los artistas con la luz a lo largo de la historia del arte y cómo los artistas la manejan hoy en día”: Ana María Cetto, investigadora del Instituto de Física de la UNAM.
El recinto está dividido en varias secciones: Naturaleza de la luz; La luz y la biosfera; Un mundo de colores; La visión; La luz de las estrellas; La luz en el arte y el Gabinete de Optometrista.
Organiza un cine club los viernes por la tarde, además de visitas guiadas, demostraciones, conferencias con especialistas y una sección de exposiciones temporales.
Para las personas con alguna discapacidad visual lleva a cabo el Recorrido Dialogado para Ciegos y Débiles Visuales.
“Todos tenemos algo que ver con la luz, inclusive los invidentes. Para todo es importante, para la misma vida en la Tierra, como fuente energética, llámese luz solar, y hay muchas actividades hoy de importancia y que aportan al desarrollo económico de varios países y tienen que ver con actividades fotónicas”, reitera la doctora Cetto.
El Museo forma parte de la Red de la Popularización de la Ciencia y el Consejo Internacional de Museos, y en el ámbito nacional participa en la Asociación Mexicana de Museos y Centros de Ciencia y Tecnología, y en la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica.

Esperamos que la luz de este Museo no se apague y nos siga iluminando a través de la ciencia, pues como lo dijo alguna vez el diseñador de iluminación Gustavo Avilés, es “un lugar que revela la capacidad didáctica de la Luz”. Enhorabuena por el 24 aniversario.