Radicar en Islandia siendo diseñador de iluminación mexicano es una experiencia muy enriquecedora para el desarrollo profesional, sobre todo si se piensa en lo contrastante que puede ser la iluminación natural entre ambos países.

Darío Núñez nació en Monterrey y vive en Reikiavik –capital de Islandia– desde 2007, con su familia. Conoció a quien es hoy su esposa -nacida en Islandia- en Guadalajara, cuando trabajaba en Artenluz, el estudio de diseño de iluminación que encabeza Javier Ten. El interés por el conocimiento de la luz y su desempeño profesional lo han llevado a Singapur, Alemania, Suecia, Estonia y Canadá, entre otros países.

“En Islandia, la oscuridad es un tema muy especial, porque no se trata de un lapso del día, sino del año. Confieso que en mi casa en Reikiavik he hecho instalaciones haciendo pruebas de iluminación circadiana, pero el tema es muy complejo. Puedes incorporar al interior de tu casa 4000K y volteas a la ventana y ves que al otro lado todo está oscuro, y no te sientes nada mejor. Y luego te ves en el reflejo en el vidrio, te ves encerrado y te sientes peor. Tal vez por eso me he interesado aún más por la iluminación exterior”.

[box3l]Darío Gustavo Núñez Salazar es actualmente líder del equipo de Iluminación del estudio Verkís Consulting Engineers, en Islandia, empresa que trabaja en proyectos en Groenlandia y Noruega, entre otros países. En 2017 fue reconocido por Lighting Magazine como una de las personalidades de 40 Under 40, en la categoría abierta por el proyecto The City Being Exhibition.[/box3l]
No obstante, los habitantes de Islandia tienen mucho interés en la iluminación en el invierno, así sea para un proyecto público o privado (principalmente residencial). “Hay mucha cultura de luz a pesar de ser un país pequeño, pues la gente es algo hiperactiva, tal vez para no deprimirse”, aclara Darío y explica que en Reikiavik viven unas 250.000 personas, y en todo el país unas 360.000.
“En Islandia son muy abiertos al color, son conocidos por ser entusiastas a pesar de ser un país escandinavo y de tener antecedentes arquitectónicos sobrios. Por otra parte, México es un país de enorme colorido y en la noche revelamos con la luz ese colorido que ya existe. Entonces no sólo México, también Islandia me empuja al color”.

Sin embargo, Darío se declara un tanto conservador en el uso del color, pues como arquitecto tiene claro que una cosa es el color del material y otra el color de la luz.
“Mi pregunta filosófica es si la luz está hecha para revelar el color del material o está hecha para darle color al material, y qué es lo que se quiere resaltar. Primero yo exploro resaltar la naturaleza de lo que se está iluminando y después ver si lo que se necesita es modificar la naturaleza del objeto que vas a reflejar y a partir de ello poner color”.
Señala que la industria, por la necesidad de vender, usa herramientas de marketing que marcan modas o tendencias, pero es la calidad en lo que te hace sentir bien en un proyecto.

“He tenido que aprender y mantener mi propia filosofía sobre lo crítico que debe ser al usar tecnología, por ejemplo, en latitudes como la de Guadalajara se debe incorporar de manera efectiva luz de día, abrir más los espacios pero que la luz ingrese pero que no genere destellos o calor. Es decir, los sistemas pasivos, a diferencia de lo que sucede en Islandia donde se utilizan más sistemas artificiales porque la energía es muy barata, y hay poca luz natural en el invierno”.
Darío reconoce que en la empresa en la que ahora presta servicios ha aprendido a hacer iluminación desde las ingenierías. Explica que el principal reto es el estricto control del uso del tiempo, el cual limita un tanto el trabajo creativo. Los diseñadores independientes son más flexibles en este tema, pero eso también les representa un sacrificio de su propio tiempo. También hay quienes venden luminarios y ofrecen diseño de iluminación. “Yo no critico a quienes hacen diseño y venden productos, pues hay un mercado que para ello”.
[box3r]Es arquitecto por el ITESM Campus Guadalajara, y realizó su maestría en Diseño de Iluminación Arquitectónica en Hochschule Wismar, Alemania. Ha participado en talleres de iluminación y conferencias en diversos países.[/box3r]
“En México aprendí el respeto por lo que vas a iluminar, a pensar cuidadosamente cómo lo vas a hacer. Javier Ten es mi mentor, es muy estructurado, disciplinado, muy cuidadoso de los detalles».
Darío deja claro que en México hay mucho profesionalismo, capacidad, y los diseñadores de iluminación se distinguen por su entrega, disciplina y compromiso. Lamentablemente son cosas que no se reconocen y hay quien se sorprende del conocimiento que se tiene de la profesión.

“Siempre tienes el sueño de poner tu propia oficina sabiendo que tienes que acatar las normas del mercado. Me siento muy contento donde estoy, seguiré explorando a ver hasta dónde puedo aprender. Estoy satisfecho al dirigir el equipo de iluminación de la empresa”.