Por Tito Sainz de la Maza, Socio AAI.
El martes 16 de diciembre de 2014 la AAI, como parte de sus actividades formativas, convocó en el Barclaycard Center de Madrid para la realización de IX Encuentro de la Luz.
Esta vez fueron las actuaciones musicales en directo el motivo elegido para la nueva cita. La capacidad habitual de convocatoria fue ampliamente reforzada por la presencia de un centenar de personas, entre quienes se contaba, además de los asociados AAI, a profesionales del sector, alumnos de la RESAD, CIFP Jose Luis Garci y representantes de empresas técnicas del sector entre otros.
Instalados en las gradas situadas inmediatamente tras la tarima de control, los participantes disfrutaron del privilegio de asistir a una clase magistral sobre la iluminación de conciertos de música en directo en el recinto cubierto que suele acoger los mayores montajes de la capital. La actuación de Joaquín Sabina dentro de su gira “500 noches para una crisis” fue el marco idóneo para el desarrollo de esta actividad y las explicaciones de su diseñador de iluminación y operador habitual, Oscar Gallardo, asociado y miembro de la Junta directiva AAI, facilitaron la comprensión de los distintos aspectos de esta especialidad de la iluminación escénica.
La presentación corrió a cargo del secretario de la AAI, Nicolás Fischtel, quien hizo la introducción agradeciendo, en primer lugar, a los patrocinadores de la asociación y a los colaboradores que hicieron posible la realización del evento, posteriormente glosó la figura y trayectoria profesional de Oscar y a continuación le cedió la palabra para que comenzara su exposición.
Oscar Gallardo es un iluminador de referencia para las actuaciones en directo y, como tal, presentó un breve video con imágenes de algunas giras de artistas de primer nivel con audiencias multitudinarias en las que ha trabajado, también compartió las circunstancias que determinaron su dedicación a la iluminación. Su experiencia, como tantas otras en una época en que no existían los estudios de formación técnica, se debió a algo tan casual como tener que recoger a su hermana de las clases de danza, de esta manera fue introduciéndose poco a poco en el mundo artístico de los teatros.
Posteriormente, Paco Bragado, diseñador de iluminación asociado y miembro de la junta AAI, especializado en aquellos momentos en grupos punteros de la ”movida madrileña», le ofreció la oportunidad de trabajar en ese campo, donde desarrolló, a partir de entonces, su carrera basada principalmente en las actuaciones musicales en directo, además de desarrollarse en otros espacios profesionales con notable éxito. Después de algunos años trabajando en empresas del sector, se convirtió en free-lance. A finales de la década de los ochenta comenzó a trabajar con diferentes artistas, mezclando sus experiencias profesionales previas con la incorporación de las nuevas tecnologías que en esa época empezaban una revolución que cambiaría definitivamente la iluminación escénica. «En esos tiempos, el conocimiento de la programación y el uso de los nuevos sistemas de control lumínico te abrían un camino profesional, hasta aquellos momentos, inédito», explicó Gallardo.
Nombres como Rosana, David Bisbal, Presuntos Implicados, Pasión Vega, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina y muchos otros figuran en su currículum extendido que compila casi tres décadas de trabajo continuo.
En cuanto al montaje propiamente dicho, se basa en un escenario con 18m de frente por 12m de fondo, despejado lateralmente y que ofrece una visión amplia, ideal para grandes audiencias . Desprovisto de elementos escenográficos corpóreos, la zona de actuación sólo se ve interrumpida por las tarimas de los músicos, dándole un aspecto limpio que facilita las evoluciones del artista.
Pero, sin duda, el elemento diferenciador es el telón de fondo en color rojo púrpura que, imitando una embocadura teatral, proporciona una imagen que ahuyenta la impresión de gigantismo y frialdad que suele darse en los montajes en grandes recintos y recupera una sensación de intimidad y cercanía tan necesaria en el estilo de música que Sabina representa.
Esta “embocadura” trasera enmarca el elemento decisivo, responsable de la imagen general del montaje y que no es otro que la pantalla de video, que se convierte en el elemento dinámico que, ensamblado con la música y la iluminación, representa el hilo conductor del espectáculo. Esto, naturalmente, implica una servidumbre por parte de la iluminación, intentando no distorsionar la transmisión de ese universo visual tan propio de ese artista a través de las imágenes proyectadas, que consisten, en su mayoría, en cuadros animados del propio Sabina mezclado con realización de imágenes del concierto en directo. El trabajo de videoescena corre a cargo de Vicente Fontecha.
En cuanto a estructuras, el montaje está compuesto por tres trusses de 18m cada uno en disposición longitudinal y a 8m de altura. El truss delantero lleva la iluminación puntual de músicos y artista que Oscar realiza colocando un móvil y un recorte por posición, además de la luz para el público (Martin Mac Aura Wash, recorte y Source Four Par). El puente medio, situado aproximadamente hacia el interior del escenario y más cercano al telón , lo dedica al artista en exclusiva (Vari lite VL3000 y Martin Mac Aura Wash). El tercero, situado al final de la escena, ligeramente por delante de la trasera donde se enmarca la pantalla, le sirve para contras, efectos e iluminación del fondo (Vari lite VL3000 , Martin Mac Aura Wash y Wally Triton Blue ). Dos trusses laterales de 4m de longitud a 5m de altura, situados en el último tercio del escenario y con tres móviles cada uno (Vari lite VL3000) completan las estructuras aéreas del montaje.
El resto de luminarias del diseño están situadas en el suelo, detrás de la tarima de los músicos (Vari lite VL3000) para efectos y al pie de la falsa embocadura para iluminar el fondo desde abajo (Wally Triton Blue). Fuera del escenario, cuatro cañones HMI (Robert Juliat Aramis) situados a derecha e izquierda de la grada alta del recinto completan la dotación de aparatos del diseño. Oscar Gallardo habló también de la importancia del humo “haze” o niebla que le ayuda a conseguir el nivel visual de densidad que él considera deseable.
Al respecto de la elección de luminarias en el proceso de diseño, Oscar indicó su poca disposición al uso de iluminación convencional, usando solamente lo imprescindible, y su predilección por los móviles por la facilidad que le suponen para reproducir en cualquier sitio su espectáculo. También comentó que a la hora de diseñar tiene muy presente que en ocasiones el material del que dispone no es exactamente el mismo en todas partes, lo que implica la necesidad de flexibilizar sus propuestas.
En cuanto a la elección del color, transmitió su predilección por los tonos suaves y poco saturados que piensa adecuados para un artista cuyo espectáculo, si bien cuenta con bases musicales propias del rock, no se basa esencialmente en la espectacularidad rítmica, sino en la búsqueda de la complicidad con su público. Sin embargo, las partes más animadas del show, donde es menos importante la intimidad artista-público, no se ven penalizadas por ello.
También indicó su preferencia por vestir el escenario de colores únicos, huyendo en lo posible de la mezcla en distintos planos, así como su elección del blanco en la iluminación de las caras de los músicos y el artista.
Los movimientos de los móviles suelen estar coordinados armónicamente con las imágenes de la pantalla y la música e incluso cuando los mueve para invitar a la gente a cantar lo hace de manera suave y coordinada. Todo ello da lugar a una iluminación elegante y cuidada que, sin destacar innecesariamente, arropa en todo momento las necesidades del espectáculo.
En cuanto al concepto general de la iluminación para este montaje, Oscar hizo una clara declaración de intenciones cuando dijo: «La gente viene a ver a Sabina, no mis luces.” Esta idea estuvo presente en cada una de las explicaciones que brindó, tanto en su exposición como en el turno de preguntas que hubo a continuación. Esta filosofía, junto con sus antecedentes en el mundo del teatro, le proporciona los mimbres ideales para afrontar este tipo de trabajos y hacerlo de una manera brillante.
El placer de conocer “in situ” el interior de un espectáculo de estas características hizo que los asistentes al encuentro perdieran la noción del tiempo y olvidaran que estaban en medio de un complejo montaje, incluso cuando su presencia ahí tenía que llegar a su fin. Sintieron volar el tiempo pero, a decir de ellos, «eso siempre ocurre cuando uno lo pasa bien y la generosidad de Oscar compartiendo sus conocimientos nos hizo disfrutar mucho». Al final del acto, Tano Astiaso, Vicepresidente de la AAI, entregó a Gallardo una placa conmemorativa como muestra de un muy merecido reconocimiento.
La foto de Oscar con los asistentes en mitad del pabellón puso el colofón a una actividad que se desarrolló de manera ágil y distendida. Asimismo, se agradeció a los organizadores del concierto las facilidades dadas para llevar a cabo esta actividad y por proporcionar material técnico para que el inusual número de oyentes no se perdiera nada de las explicaciones.
El IX Encuentro de la Luz no defraudó a nadie y siguió la estela de los anteriores, en los que la labor de divulgación del oficio de diseño de iluminación se desarrolla con los mejores profesionales y en el mejor de los ambientes.
El video completo del encuentro grabado y editado por los alumnos del CIFP Jose Luis Garci (socio colaborador de AAI) se puede consultar en la red.