Cada año ocurren efemérides astronómicas -tales como solsticios y equinoccios- que dan lugar a una nueva estación en el planeta, dependiendo del lugar y espacio geográfico en donde nos encontremos. En este sentido, dependiendo de la inclinación que tenga la Tierra respecto al plano de traslación alrededor del Sol, varía cómo llega directamente la luz hacia los diversos lugares del mundo.

En esta ocasión, el 21 de marzo sucede el Equinoccio de Primavera en el Hemisferio Norte, dando fin al invierno en distintas partes del mundo. Debido a que el Sol incide directo sobre el Ecuador, provocando que la duración del día y la noche sea idéntica en cualquier rincón del planeta, de ahí su etimología æquinoctium, que significa «igual noche».
Sin embargo, en el hemisferio sur ocurre el Equinoccio de Otoño, dando el inicio a la nueva estación.
El Equinoccio de Primavera trae consigo diversos acontecimientos para celebrar el fin del invierno y darle la bienvenida a una nueva estación que trae consigo el aumento de la temperatura y la prolongación de los días.