La iluminación es hoy demasiado show, demasiado circo, demasiado carnaval: Hedwig Westerburgen

Hedwig Westerburgen

Por Mario Aburto Castellanos

Con cerca de 20 años de experiencia y prestigio, varios premios e instalaciones en España, Bélgica, Holanda y México (el edificio corporativo en Santa Fe, Distrito Federal, conocido como La Lavadora) Hedwig Westerburgen tiene la autoridad para denunciar la tendencia actual del lighting design hacia una disciplina más cercana al montaje de espectáculos que a la Arquitectura, a la que se supone debe dar soporte.

En las más recientes Jornadas Internacionales de Iluminación, organizadas por la Sección México de la Sociedad de Ingenieros en Iluminación, Illuminet pudo obtener estas críticas declaraciones del reconocido lighting designer.

En su conferencia “New Lighting Trends”, Westerburgen mostró varios ejemplos de iluminación artística a puentes y túneles en los que circulan automóviles, respecto de esto preguntamos, ¿puede la iluminación convertirse en un distractor?

“Los proyectos urbanos que presenté ―sostiene Westerburgen― no generan ese problema distractor, la luz en ellos se modifica de forma gradual, bajo las normas que establece el ayuntamiento; cierto que algunos iluminadores han colocado sistemas que distraen el correcto operar de automovilistas y peatones, por lo que las autoridades municipales han ordenado retirarlos.”

Y continúa. “Existe un segundo sentido distractor más serio en contra del que estoy, que es la nueva forma de entender la iluminación: demasiado show, demasiado circo, demasiado carnaval. Muchos de los propietarios de los edificios en los que se montaron los proyectos que mostré han pedido que los retiren alegando demasiado espectáculo. Creo que una cosa es hacer lighting designs y otra muy distinta transformar al mundo en un Las Vegas, los diseñadores de iluminación debemos evitar esto. Lo que sí debemos hacer es analizar detalladamente el edificio y lograr lo mejor que podamos de él.”

Hedwig Westerburgen

Quiere decir que esta nueva concepción, inquirimos, ¿está alejando a la disciplina de su principal objetivo: el soporte a la Arquitectura, la adecuación a los espacios, el servicio al usuario?

A lo que Westerburgen responde categórico: “Es totalmente cierto; creo que con el tiempo se perdió en la educación el conocimiento auténtico de la iluminación y hoy existe una escasa posibilidad de regresarlo a las escuelas, lo que es una desventaja. Ahora es tan fácil utilizar la luz, especialmente la LED, que se está prescindiendo de los diseñadores de iluminación y se está encargando a cualquier persona, por lo que se pierde toda estética y toda emoción para el proyecto, un gran problema. ¿Cómo evitarlo? Es muy difícil saberlo; además, esto ocasionó que muchísimos fabricantes diseñaran incontables formas y versiones de luces LED para que cualquiera las instale sin seguir los estándares y las regulaciones, lo que se está convirtiendo en un gran desastre.”

Pareciera, indagamos, que no importa cómo se construya un espacio arquitectónico pues después podrá retocarse con luz.

“La iluminación ―argumenta Westerburgen― siempre ha sido el último de los factores que se considera en un proyecto de construcción, por eso el diseñador de iluminación debe pugnar por integrarse al proyecto desde el principio, si esto sucede así se podrá entender la emoción que pretende expresarse en los diferentes espacios arquitectónicos, si no, el proyecto será incoherente con su iluminación. Por ejemplo, en el caso de la Torre de El Cairo que presenté, el diseñador de iluminación eligió este tipo de solución pero se olvidó por completo del desarrollo arquitectónico, se pudo emplear la iluminación para mejorar los detalles, los buenos elementos de la construcción, y en este caso se perdieron por completo, ese es el problema.”

¿Cómo podríamos atacar ese problema?, ¿tiene que ver con la cultura visual, con el usuario, con la tecnología? Por ejemplo, en los programas de fotografía digital se cuenta con infinidad de herramientas, así que se puede tomar una fotografía rápida y luego ajustarla sin preocuparse por composición, contrastes, conceptos e intenciones, ¿no es así?

De inmediato afirma: “Exacto, la fotografía se ha convertido en algo superficial, ya no hay fotografía real en las imágenes, por más adornos que puedan hacerse con los programas digitales, ¿dónde quedaron las emociones en esa foto? Es una emoción de Photoshop y no una emoción del fotógrafo. En la iluminación es exactamente el mismo caso, se puede manipular la luz de la manera en que mostré en el edificio de Bayer: desde iluminarlo hasta proyectar una película sobre él, puedes descargar cualquier video en la computadora y proyectarlo al edificio, y eso nada, nada tiene que ver con el diseño de iluminación. ¿Cómo evitarlo?, es muy importante que las escuelas de Arquitectura vuelvan a educar sobre iluminación.”

Parece ser, cuestionamos, que el significado de la educación se modificó y existe una dicotomía entre una educación técnica, informatizada, de software e interfaces en el lighting design, más cercana a la electrónica, y otra educación con mucho mayor soporte artístico, visual, estético y conceptual, más cercana a la disciplina arquitectónica, ¿es esto cierto?

Evidentemente exaltado, aunque sonriente, Westerburgen concluye. “Aún cuando tu educación sea más cercana a la electrónica debes tener la sensibilidad de la luz e ir aún más allá, debes empezar desde el principio, saber qué hacer, dónde colocar las fuentes de luz, su distribución, conocer sus efectos para colocarla en relación con la construcción, qué tipo de interacción se establece, cuántas lámparas deben colocarse en este lugar y cuántas en ese, toda esa información es indispensable, por eso les comento que lo que más detesto es que la gente proyecte sobre los edificios, se tiene un gran proyector con el que se envía una cubetada de luz al edificio, que en realidad no es nada, es sólo una película. Hay edificios en los que se aplana la estructura externa con una combinación de luces blancas sobre las que después se colorea, no tengo nada en contra de usar color, lo que imprime emociones a la estructura; con lo que no estoy de acuerdo es con aplanar al edificio, quitarle su propia emoción y desaparecer todos los elementos arquitectónicos para luego adornar con luz, debe ponerse mucha atención a esto último.”

4 comentarios en «La iluminación es hoy demasiado show, demasiado circo, demasiado carnaval: Hedwig Westerburgen»

  1. Completamente de acuerdo. Y eso que yo me dedico a diseñar iluminación para espectáculos, principalmente. Es como el uso del color en iluminación arquitectural, no se tiene el verdadero cuidado y terminan fatigando visualmente el paisaje urbano. Pero es como todo, es cosa de criterio.

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  2. De acuerdo con Hedwig. Con la aparición de sistemas LEDs , existe tanta desinformación en iluminación , muchas veces promovido por los propios vendedores y por nuevos fabricantes de iluminación.Cada día aparecen nuevos diseñadores de iluminación que son solo intuitivos con conceptos muy básicos pero con aparente espectacularidad mostrando mas tecnología en sí que una iluminación conceptual con soporte arquitectónico o con soporte normativo.

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