Una de las manifestaciones más evidentes del aumento de contaminación lumínica es el brillo del cielo nocturno, lo que sucede por reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y en las partículas del aire -sobre todo en zonas urbanas-, provocando una disminución de la visibilidad de estrellas y demás objetos celestes; y pese a que éstas brillan en cualquier lugar del planeta actualmente son pocos los lugares en donde la contaminación lumínica no es un problema.
En las ciudades el uso excesivo de luminarias decorativas, sobre todo durante las fiestas decembrinas, con frecuencia empeora esta situación, ya que según informes reportados desde 2014 por la NASA y la NOAA de los Estados Unidos, durante la temporada de festividades y vacaciones, en los suburbios de las principales ciudades de ese país las luces nocturnas brillan de un 20 a un 50% más que durante el resto del año, y en las ciudades entre un 20 y un 30% más.
Esta abundancia de decoraciones festivas durante diciembre aumenta notablemente la contaminación lumínica, ya que representa un incremento en el número de fuentes de iluminación que dispersan la luz en todas las direcciones, más aún si las fuentes son azuladas o blancas frías.
Ya no solo iluminamos el interior de nuestros hogares en las fiestas, la iluminación artificial navideña se ha ido adueñando de los exteriores de las casas, fachadas de negocios, carteles publicitarios y espacios públicos instalada por municipalidades e instituciones.
Frente a esta situación, hay una serie de medidas que podemos tomar para no dejar de iluminar las fiestas, ni tener que sacrificar la calidad de nuestros cielos.
¿Qué hacer para no contribuir al problema de contaminación lumínica durante las fiestas?
En primer lugar, se recomienda utiliza la iluminación navideña solamente en los días festivos. No extender innecesariamente el período de iluminación exterior es una manera sencilla de mejorar las condiciones para el medio ambiente (es decir para las aves, insectos, tortugas, y fauna mayor y menor).
También puede ayudar el uso de timers para que las luces navideñas se mantengan encendidas solo en horarios de mayor tránsito de personas. Por otro lado, si lo que se va a iluminar son áreas u objetos grandes, es mejor colocar las luces debajo de algún techo. Para el caso de edificios grandes, la iluminación se puede instalar en la fachada, pero siempre bajo un volado o cubierta, lo anterior con el propósito de que la luz no se escape hacia arriba.
Evita iluminar con focos potentes. Es mejor usar guirnaldas de luces, pues las lámparas pequeñas distribuidas de manera uniforme causan una mejor impresión y contaminan mucho menos que un foco fuerte que brilla de abajo hacia arriba.
Por último, es recomendable utilizar siempre colores cálidos en las luces decorativas, esto debido a que la luz cálida disminuye el impacto negativo que producen los LED de temperaturas frías al propagar a mayor distancia la luz en la atmósfera.
Además de estas medidas, también es importante asegurar, por ejemplo, que las instalaciones eléctricas en el hogar estén en buenas condiciones y, en caso de observar algún problema, solicitar la evaluación de un profesional técnico; y que al conectar las diferentes decoraciones, esto se realice de forma adecuada, atendiendo a indicaciones acerca del límite de series conectadas, así como que no se encuentren dañadas, flojas o sueltas.
Más información acerca de cómo mantener instalaciones eléctricas en buen estado, y algunas recomendaciones a tomar en cuenta para la instalación de LEDs.