El foco incandescente, ¿héroe o villano?


El retiro del foco incandescente del mercado mundial ha sido motivo de innumerables controversias, pues los “fundamentalistas” de conciencia verde lo quieren quemar en la hoguera por el alto consumo de energía y sus consecuente aporte a la huella de carbono, mientras que por otro lado se piensa que la decisión propiciará un buen número de trabajadores despedidos, y un punto de vista más romántico lo tienen los diseñadores de iluminación, quienes lo defienden a capa y espada.

Bajo este marco esquemático, se llevó a cabo en la Ciudad de México una mesa redonda en la que se agruparon diversos puntos de vista para plantear si la medida es funcional en nuestro país. “El foco incandescente, ¿héroe o villano?” fue realizada por la Sociedad de Ingeniería en Iluminación (IES por sus siglas en inglés) Sección México, en la Expo Lighting America 2012.

La charla entre los especialistas fue tan amena como ilustrativa, y en ella el moderador fue Germán Villalobos, presidente de IES México; a continuación, Iluminet te presenta algunos fragmentos de las intervenciones, tratando de ser lo más ilustrativo posible sobre la posición de cada uno para que al final del texto tú dejes también tu valiosa opinión.

Javier Villaseñor, ex director de Philips Iluminación México

El foco incandescente es uno de los grandes aportes tecnológicos porque logró prolongar el día durante la noche.

El ser humano es el actor principal en este episodio, él tiene la posibilidad de avanzar o retroceder.

Hay un reciente estudio por parte del Departamento de Energía de Estados Unidos en el que se menciona los compuestos que se emplean en la fabricación de fluorescentes compactos y LEDs, este es el más contaminante, de manera que su impacto no sólo es a la naturaleza, también es económico.

La huella de carbono es un concepto que se ha comercializado. Basta pensar que contamina más usar tres veces a la semana la lavadora que tener encendido un incandescente de 100 watts cuatro horas diarias por un año completo.

El foco nació siendo un héroe, vivió así y lo sigue siendo para muchas soluciones y más que villano es víctima del ser humano, de nuestra desidia por no saber elegir bien. Las normas se crean cuando la gente no utiliza la libertad que tiene para elegir, nos obligan a prohibirnos lo que deberíamos utilizar con criterio, con racionalidad, con buen juicio. Mi conclusión es que somos nosotros los villanos, quienes participamos de la industria de la iluminación, incluso el usuario final; debemos saber escoger bien las fuentes luminosas.

Elías Cisneros, diseñador de iluminación. 

Hace pocos días recibí una muestra de un fabricante japonés y me dijeron “sabemos que usted realiza muchos proyectos y queremos que pruebe este LED de 2200K”. Empiezo a investigar a la empresa y me encuentro con que están muy metidos en investigaciones para lograr que el LED se parezca al incandescente. ¿Por qué una empresa va a dedicar tantos recursos en esto? Quiere decir que el incandescente tiene algo de valor para la humanidad.

Si piensas que la luz sólo la percibes por la vista, estás muy limitado. El LED no es tan bueno para el ser humano como el incandescente.

El espíritu de la NOM 030 para LEDs en general es evitar la proliferación de productos de mala calidad de origen asiático, pero lamentablemente no se aboca a la calidad para nuestro país pues es difícil de evaluar, ya que intervienen juicios muy subjetivos.

De lo que se trata aquí es que salgamos motivadísimos y vayamos a convencer a los diputados de que no se vete la incandescente porque es nuestro héroe. Sería mucho más productivo alentar la búsqueda de fuentes alternas de energía que estar perdiendo el tiempo en la prohibición del foco incandescente por parte del gobierno federal.

Desde el punto de vista del diseño, cada tecnología tiene características muy particulares que se pueden aprovechar de diversas maneras; se debe propugnar por la libre convivencia de las tecnologías.

Yo voto por que se salve el “gordito”, pero esa no será labor de él solo y somos nosotros quienes podemos ayudarle. Depende de nuestra creatividad; las libertades las debemos construir nosotros mismos y debemos ayudar de esta manera.

Luis Hurtado, especificador

Creo que es un tema muy interesante y no solamente toca la cuestión económica. La mitad de los mexicanos difícilmente puede comprar una fluorescente compacta por los costos. Vale la pena tomar en consideración el hecho de que nacimos con un incandescente, e incluso antes de nacer la iluminación era incandescente, es algo con lo que hemos vivido toda la vida. También tenemos que identificar todas las bondades que el incandescente tiene y las características del fluorescente compacto.

Quisiera hacer una pequeña retrospección de lo que ha sido la historia del foco. Si nos ponemos a imaginar qué fue la revolución de hace más de 100 años, cómo se vio al incandescente en ese momento y cómo vino a cambiar la vida, pese a que sólo quienes tenían dinero pudieron tener acceso a esa novedad. A través de estos años podemos ver todo lo que la incandescencia ha dejado a la sociedad y podemos regresar a lo que dijimos, cuando nacimos ya había un foco.

La humanidad va evolucionando, se van creando diferentes conceptos y podemos identificar diversas variables, como color, temperaturas, eficacias, etc. Entonces tenemos que vivir una nueva época en la que debe estar el foco incandescente, pues todavía no hay lo que lo pueda sustituir. Hasta ahora héroe, y después héroe también.

Víctor Palacio, diseñador de iluminación

Acabo de estar con un cliente que me dice “Víctor quiero que este proyecto lo atiendas tú en tu oficina, quiero que pase por tus neuronas y una vez que pase por tus neuronas me des los resultados”. Me quedé pensando en esa frase y dije, desde el punto de vista técnico tiene que pasar por las neuronas, pero la luz se siente también.

Cuando entramos en un lugar y se enciende con una luz con un atenuador, paulatinamente vamos teniendo una sensación en la piel. La luz entra por los ojos y por la piel, y puede provocar emociones.

Para empezar, la tecnología predominante en los museos es el halógeno, por el alto rendimiento cromático y su control óptico. Los LEDs nos pueden dar el control óptico pero no el mismo rendimiento cromático, sin embargo los curadores están inquietos por usarlos por la poca radiación. Es muy importante tener la libertad en la selección del equipo, se ha cometido un error muy serio al medir el consumo en Kw/h, como si las lámparas estuvieran encendidas las 24 horas pero falta agregar el factor tiempo de uso, hay lámparas que están encendidas sólo por minutos durante el día.

Es mucho mejor que invertir en una tecnología más cara que por sí misma es eficaz pero que a la larga no lo es tanto. La IALD está peleando en Estados Unidos por que se agregue el factor tiempo.

Mi conclusión es que el foco incandescente es un héroe por el papel que ha desempeñado en la vida individual y en la social de todos nosotros; nuestra vida hubiera sido muy diferente sin este foco, y su aporte de pronto se olvida ante circunstancias distintas. No es como la pena de muerte, que aun cuando se equivoca el jurado ya no hay marcha atrás, afortunadamente aquí hay marcha atrás, Nueva Zelanda ya dejó de prohibirlo. Yo voto por que se salve.

Jorge Kaftansky, ex director general de OSRAM México

Lo que le interesa al fabricante es ganar dinero y resulta más barato producir incandescentes. En México, el foco pasó a formar parte de la canasta básica y fue un muy buen negocio. Ahora, el gobierno federal tiene que paliar el poder adquisitivo de quienes no pueden comprar las nuevas tecnologías ahorradoras.

Retirar el incandescente tiene un impacto social, pues los fabricantes que no tiene para invertir el la producción de nuevas tecnologías tienen que cerrar sus plantas y se incrementa el número de desempleados.

Hemos aprendido que el incandescente nació hace 120 años, yo me pregunto qué va a pasar en 50 años cuando nos hayamos acostumbrado a la CFL. Los japoneses viven con ellas pues ese es su mercado y se siguen reproduciendo. Las nuevas generaciones poco a poco se irán acostumbrando pero hasta ahora creo que seguirá siendo en un héroe, estoy de acuerdo con Víctor de revertir esta situación y que podemos utilizar herramientas como el dimmer para el ahorro de energía.

Gustavo Avilés, diseñador de iluminación

Esta decisión es parcial, no hay un recurso que efectúe todas las funciones y la incandescencia cumple con un campo del espectro electromagnético; entonces la eliminación por decreto de un recurso luminoso es una eliminación de carácter impositivo, sobre todo cuando se refiere al espacio privado, nuestra propia casa.

Por otro lado, pienso que se trata de una cuestión numérica; hablamos de watts, pesos, consumos, promedios, materiales, mercurio, tungsteno ¿y el aspecto humano?

Nos preguntamos cómo podemos subsistir ante el influjo de una lámpara fluorescente compacta que es eliminadora de la sombra, del rendimiento cromático, la distancia, perspectiva, el contraste, y entonces ¿qué encontraste? Un mundo plano, que pierde calor, que pierde este factor humanista. Yo no quisiera pensar estar bajo el efecto de una fluorescente compacta cenando en casa cuando llego después de que no me salió bien el contrato, el perro se meó en el piso, la comida no está caliente, el niño está chillando, y tengo una lámpara de 4000K cola de cochino iluminando la mesa, ¡reviento!, ¡crece la violencia intrafamiliar!

Es un factor real, podemos hablar de la lámpara como un recurso adictivo en relación al ambiente. Y ya no hablo de ir a un restaurante, platicar con un amigo, conversar, o mucho menos hacer el amor, no podría entender esta pérdida de pasión bajo el influjo de la fluorescencia.

La calidad de la luz no solo es visual; la calidad de la luz penetra al cuerpo a través de un sistema óptico que hace que haya una impresión de esta emisión luminosa, pero la luz entra por todo el cuerpo, la digerimos con los huesos, con los músculos, con nuestras condiciones  digestivas y emocionales; en este sentido sería importante mencionar que no es sólo un espectro visual y que la calidad de la luz abarca un espectro más amplio en el apartamento biológico de las personas.

Podemos hablar de una luz que puede ser dulce o agria, dura o suave y ruidosa o silenciosa. El punto de balance de los valores efectivos y los afectivos creo que nos podría dar una dirección más sincronizada, que pudiera alentar la convivencia, el espíritu de la conversación y algunas fuentes ahorran watts pero consumen energía orgánica, podemos estar ahorrando watts por metro cuadrado pero estar con ganas de ir al baño continuamente por la inestabilidad.

Yo me he imaginado a la fluorescencia como una señorita flaquita, que usa la falda larga muy por debajo de la rodilla, seguramente pálida y virgen a los 50 años y muy ahorradora de energía. Comprendo la postura, pero seguramente tiene profundos celos del “gordito” que brilla y tiene emoción, tiene calidez, lo cual puede darnos una idea de la función de cada recurso. El incandescente es héroe de guerra y merece que dé una vuelta al ruedo.

Nos interesa que nos compartas tu opinión de esta mesa redonda y de lo que piensas del retiro del mercado del foco incandescente. Por favor déjanos tus palabras en el recuadro final.

4 comentarios en «El foco incandescente, ¿héroe o villano?»

  1. Primero que nada, una sincera felicitación por la reseña de dicha conferencia para todos aquellos que no pudimos presenciarla y un agradecimiento a ILUMINET por la apertura de espacios como este para poder opinar acerca de las publicaciones presentadas.

    Siento que en general, se capta muy bien la postura de los que participaron y cómo pudieron determinar su ideología acerca de dicha tecnología.

    Puedo entender de fondo a todos y cada uno de los que prefieren que no se declare villano a la incandescencia («el gordito»), pero no coincido con la forma.

    El que algo en un pasado nos haya dado beneficios y que lo conociéramos como un pilar o ícono de nuestra educación o de nuestro ámbito, no quiere decir que por ello es lo más eficiente y/o que debamos considerarlo por encima de lo que en comparación, nos da un beneficio semejante con menor uso de recursos y dejando menor huella ecológica al final de su vida. Quiero mencionar algunos ejemplos al respecto: en los 80’s, el estándar de la telefonía celular, era un «ladrillo» de 1.2 kg que tenía una batería que difícilmente lograba durar al menos 1 o 2 días con una carga, dichos equipos nos dieron muy buen servicio para la época, pero no quiere decir que debamos seguirlos utilizando hasta el día de hoy; en comparación, los equipos actuales tienen prácticamente las funciones de un computador de aquella época, la carga de su fuente de poder dura casi una semana y no pesa mas de 140 g., cabiendo sin problema alguno en el bolsillo de una camisa. No quiero que se malinterprete esto como «moda» o para estar «in», que muchos detractores de las nuevas tecnologías mencionan (por ejemplo del LED, argumentan que sus defectos son mayores que sus virtudes, pero que está de «moda» su uso).

    Otros ejemplos pudieran ser el motor a vapor a inicios del siglo pasado, o el televisor, la radio, el bulbo, el transistor, el transbordador espacial, el concorde, los discos de vinilo, el VHS, además de tantos y tantos más.

    Estoy consciente de que siguen existiendo ese tipo de tecnologías y algunas con ciertas modificaciones (debido a algunas bondades inherentes que poseen por encima de algunas otras que se ocupan en la actualidad), pero si la mayoría se fueron para nunca volver, es debido a todo aquello que involucraba su producción, operación y disposición al concluir su vida útil y que llegaron a exceder los beneficios que brindaban. Siento que es el caso de la incandescencia «el gordito», su periódo o época pasó, pero particularmente, siento que su verdadero lugar actualmente, es en un museo (…y no para iluminar algún espacio, sino para ser iluminada por otra tecnología).

    Por último, soy de las personas que aplaude que la iniciativa para el retiro de esta tecnología sea emanada desde el Poder Ejecutivo con carácter de obligatoria ya que de no hacerse de esa forma, el bienestar general de una Nación se deja al criterio de los individuos, quienes pudiendo ser en mayor número los que se nieguen a tomar o a acatar una disposición, estarían desperdiciando o malgastando recursos que en un futuro muy próximo, serán muy difíciles de producir o mantener; sin embargo al hacerlo obligatorio, estará en la consciencia de todos el esfuerzo que se realiza para cuidar los energéticos que poseemos para generaciones futuras y no para el beneficio propio en el presente.

    Probablemente se pueda resumir que la opinión de no erradicar la incandescencia es meramente «nostálgica» ya que puede comprobarse de muchas formas que no es eficiente, durable o menos contaminante que las nuevas tecnologías para iluminación.

    Quizás con esta muy particular opinión suene como un activista hippie, pero en general, trato de conducirme según mi filosofía o criterio y procuro ser consistente en mis creencias, mismas que pueden describirse como «si no te gusta limpiar, trata de ensuciar lo menos posible» y «entrega todo aquello que te fué amablemente prestado en el mismo estado en el que se te entregó», no es posible lograrlo en toda la extensión de la palabra, pero trato de acercarme lo mas posible.

    Reitero de nueva cuenta mi agradecimiento por este espacio.

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  2. Pienso que lo más importante para la racionalización de la energía, es la concientización a las personas. El mercado debe ser abierto y la información de las mercancías verídica, confiable, abundante. La bombilla incandescente produce luz y calor. No siempre se requiere el calor y entonces es absurdo pagar por él. Pero en ocasiones, la calidez de la incandescente, podría requerirse. Claro que si pienso que la tecnología LED es interesante y a medida que se investigue más, se le darán las buenas características de la luz incandescente. Sí es tiempo de cambiar.

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  3. Que no desaparezca «por obligación» la incandescencia sino por convicción y bienvenidas las nuevas tecnologías en especial el LED y su primos el Laser LED y Oled.

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