En este 2020, los escenarios virtuales se han convertido en una parte de nuestra cotidianidad (o covidianidad), además se abrió paso a nuevas formas de interactuar y colaborar.
A través de estos nuevos espacios, iluminet entrevistó a la diseñadora de iluminación mexicana Cristina Escofet, para quien el quehacer arquitectónico debe ser una labor colaborativa en la que intervengan equipos multidisciplinarios. De esta manera no solo se habla de especialidades en iluminación, sino que se incorporan otras disciplinas para incrementar el valor del trabajo de un diseñador.
Formación académica
Cristina es egresada de la Universidad Iberoamericana con el título de diseñadora industrial, pero la iluminación siempre llamó su atención.
“Siempre tuve interés en la iluminación, aunque no creo que exista una razón en particular. Curiosamente el programa académico en la Universidad ofrecía algunos módulos de iluminación durante los últimos semestres, pero cuando fue mi turno de cursarlos no se impartieron. Así que no pude acercarme pero existía el interés”.
Al concluir la universidad enfocó su trabajo en diseño de mobiliario, pero a la par comenzó a tomar cursos y diplomados de iluminación.
Posteriormente formó parte de Unicorp Lighting Design y tuvo la oportunidad de conocer el proceso del diseño de iluminación, un poco más adelante colaboró en Zolnoel Lighting Design, despacho dirigido por Ruth Thevenin, donde tomó la decisión de estudiar una maestría en diseño de iluminación arquitectónica en la universidad KTH (Kungliga Tekniska Högskolan) en Estocolmo.
“Permanecí un año en Suecia y fue una gran experiencia. Posteriormente viajé a Londres para realizar una pasantía en el estudio Lighting Design International, donde finalmente colaboré 5 años”.

Cristina Escofet menciona que volvió a México hace dos años para continuar con su trabajo en iluminación y ahora se encuentra al frente del despacho Cienlux.
Si bien la diseñadora cursó la maestría en Estocolmo, considera que en México también existe la capacidad para profesionalizarse, pero es probable que la industria de iluminación lleve otro ritmo en comparación con Europa.
“Quizá en América Latina y en México estamos en camino para llegar a eso. Actualmente hay muchas iniciativas que apuntan en la misma dirección. Cada vez son más personas interesadas que hablan del diseño de iluminación”.
Londres, la ciudad que marcó su desarrollo profesional
Respecto a los momentos cruciales en su carrera, la diseñadora mexicana menciona que en retrospectiva, la estancia en Londres fue fundamental.
“Aprendí muchas cosas porque trabajaba en un despacho consolidado. Pude sentar las bases de mi formación a través de un complemento académico, lo cual considero importante, y con esto no quiero decir que siempre debe darse en una maestría o algo similar, pero sí es de gran ayuda porque te da bases, fundamentos, lenguaje y en ocasiones, cierta seguridad para desarrollar tus diseños o proyectos”.
Asegura también que la formación práctica no puede quedar de lado porque es ahí donde se obtiene mayor aprendizaje al interactuar con todas las partes que conforman un proyecto, donde se cometen errores y también se puede corregir sobre la marcha.
“Cada quien tiene proyectos diferentes, por ende distintos retos que terminan por definir el trabajo de cada uno de nosotros”.
Por otra parte, Cristina Escofet reconoce a Sally Storey, directora de Lighting Design International, como mentora y una persona que ha sido de gran aportación durante su desarrollo profesional.
“Entre otras cosas aprendí a tener cierta atención al detalle, que no existe una sola forma de solucionar los proyectos y explorar cuál es la manera más conveniente de realizarlo. Además de una gran capacidad para resolver problemas sobre la marcha”.
Cristina confiesa que contar con una formación de diseño industrial le ha brindado una perspectiva distinta en el tema de escalas.
“Algo que me gusta mucho de la iluminación es que hay gran escala y también pequeña, detalles de iluminación que también deben resolverse”.
Pese a lo anterior, también muestra interés en temas urbanos y el espacio público, pues considera que son proyectos que impactan en un mayor número de personas y el resultado de estas intervenciones tiene un impacto más grande.
Aprendizaje a través de Luz Sin Fronteras
Sin duda Londres es una ciudad que ha marcado la trayectoria de Cristina Escofet, ya que en la misma ciudad conoce a Oriana Romero, quienes co-fundarían Luz Sin Fronteras México, en compañía de Brenda Castillo y Alejandra Hernández.
“Luz Sin Fronteras me ha dado mucho aprendizaje, desde la creación de la Asociación Civil, hasta echar manos a la obra, en la participación de talleres o proyectos, porque se dan de una manera distinta, en una metodología de diseño participativo. Buscamos ser profesionales involucrando a las personas que van a utilizar el espacio. Escuchamos las necesidades de las personas y así llegamos a soluciones que pueden ser más eficientes. Tal vez lo que nosotras pensábamos que se necesitaba no lo es, pero eso se conoce hasta interactuar con los habitantes del espacio. Pero también puede aplicarse a otro tipo de proyectos también.
He aprendido a involucrarme y a involucrar a los demás, para después traducirlo en una solución en beneficio de las personas”, menciona Cristina Escofet.
El diseño debe ser colaborativo
Tal como lo mencionó al principio de la conversación, Cristina considera que la arquitectura debe ser colaborativa y las pláticas horizontales. Cada parte está para escuchar y aportar algo a los proyectos.
“Debemos romper conversaciones que ya llevan mucho tiempo sobre la mesa. Hay que darle un giro, pero también hay que tener una propuesta, hay que colaborar”.
En el diseño de iluminación hay muchos componentes, por ello es clave la coordinación. “Los diseñadores somos como unos intérpretes, debemos traducir la visión de quien va a ocupar el espacio. Después lo llevas a un diseño, la especificación y el control”
La comunicación en todo proyecto es clave, y de acuerdo a la directora de Cienlux debe existir apertura para preguntar si la información proporcionada es clara, además de tener disposición para colaborar porque cada integrante busca que el proyecto se ejecute de la mejor manera. Esto incluye la relación entre fabricantes y diseñadores.
«Los diseñadores y también los fabricantes necesitamos unos de otros. La conversación eterna del viejo oeste ya quedó atrás, hay pastel para todos y no hay necesidad de tener malas experiencias. El valor de tener especialistas es que pueden dar una opinión fundamentada en beneficio del proyecto y los usuarios».
Proyectos que han marcado su trayectoria
Un proyecto al que Cristina Escofet guarda cariño es la boutique Skibo dentro de un club de golf en Escocia, ya que fue uno de los primeros en donde tomaba mayor responsabilidad.
“Hubo una muy buena coordinación, llevarlo desde el inicio hasta el final. A ese le tengo mucho cariño”.
Pero también hay proyectos que dan dolores de cabeza y se quedan grabados. Como sucedió en el proyecto Café Royal, ubicado dentro de un hotel en Londres.
“Fue difícil por los tiempos, las instalaciones del hotel nunca se cerraron así que fue muy complicado, pero verlo terminado nos dio mucha satisfacción”.
Organizaciones y autoridades de la iluminación
Finalmente, el tema de las asociaciones siempre llega a la conversación, y al respecto la diseñadora mexicana resalta su valor. “Hacen una gran labor para la comunidad y nos brindan un espacio de difusión, de conversación con tus pares. Además, permiten tener acceso a conocer gente con la que puedes colaborar”.
Reitera que así como los especialistas en iluminación tienen una visión objetiva, los organismos son imparciales y objetivos, agrupan a personas para fortalecer y dar profesionalismo a la iluminación.
“El año pasado me tocó participar en EILD (Encuentro Iberoamericano de Lighting Design) en Uruguay y pude sentir una vibra muy agradable, se percibió un ambiente mucho más relajado, con ganas de compartir. Algo increíble en América Latina es que un gran porcentaje hablamos español, y con los que no, podemos entendernos también. En mi experiencia en Uruguay fue lindo escuchar español por todos lados, cada uno con sus acentos creando una comunidad más grande. Es algo que lo hace muy especial”.