En 2021, Álvaro Nieva cumplirá 40 años como profesor a nivel universitario en temas relacionados con la iluminación. Por sus aulas han pasado Alejandra Hernández y Germán Villalobos, entre otros personajes de la industria de la iluminación actual en México.
Por sus proyectos en el Museo Nacional de la Muerte, en Aguascalientes, y la Mina del Edén, en Zacatecas, ha obtenido importantes distinciones, además ha ideado la iluminación para estadios de futbol y béisbol, para catedrales, así como para obras públicas y privadas.
Álvaro se reconoce afortunado porque hace lo que más le gusta: enseñar sobre iluminación y diseñar proyectos que dejen algo a la gente. “He logrado que confíen en mí y eso me ha dado la oportunidad de llevar a cabo mis ideas en conceptos completos, es decir, me dejaron hacer lo que yo quería y logré buenos resultados”.
En amena plática con Iluminet, Álvaro transmite la pasión que siente por la iluminación. Nos dice que es egresado de la Escuela de Ingeniería de la Universidad La Salle -fue compañero en algunas clases de Víctor Palacio- y donde dio sus primeros pasos como maestro al impartir la materia de Instalaciones Eléctricas.
“La asignatura no tenía maestro y estaban por cerrarla. Me ofrecí a darla porque ya tenía mi cédula profesional como técnico electricista. Empecé a dar clases y al principio no me hacían caso; una vez metieron una guitarra al salón. Les pedí que me dieran tres semanas como plazo y si no me hacían caso dejaría de ser maestro”. Ahora todo eso es una divertida historia
También nos cuenta que unos años después lo invitaron a dar una materia en la carrera de Química Fármaco Biología, en la misma Universidad, y en primera instancia se rehusó a darla porque solo tendría como alumnos a mujeres, pues sería la primera vez que se dirigiría a un salón totalmente femenino. Finalmente aceptó dar la clase y ahí conoció a quien es su esposa y actual compañera de vida. Como dato adicional, Álvaro nos confiesa que el próximo semestre le dará clases en la carrera de Arquitectura a su hija en la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
“Satisfacciones como maestro tengo muchísimas. Me apasiona dar clase. Me enriquece la comunicación con los alumnos, aprendo mucho de ellos. Pero para dar clase hay que estudiar para que tú lo entiendas, para poderlo explicar y también para los que no te entienden”.
A pregunta directa, Álvaro comenta que no ha sido fácil incorporar la iluminación a los planes de estudios universitarios. “Yo fui de los insistentes en que fuera parte de la carrera de Arquitectura, pero los maestros de la vieja guardia no le daban importancia.
“En la Autónoma de Aguascalientes se creó hace 15 años la carrera de Diseño de Interiores, metí mi cuchara y se instauró una especialidad de diseño de iluminación. Algunos de nuestros egresados fueron solicitados para cubrir empleos y eso abrió la posibilidad de que también se incorporara iluminación al plan de estudios a Arquitectura”.
Actualmente, las universidades a nivel nacional en las que iluminación es parte del plan de estudios de la licenciatura -no como especialidad, ni en posgrado o como materia optativa- son la Marista en Yucatán, la de Monterrey en esa ciudad y la Simón Bolívar, en CDMX.
Pero Álvaro Nieva reconoce que también en los últimos 40 años el diseño de iluminación ha experimentado transformaciones importantes. Una de ellas a partir de la integración de la electrónica a la iluminación, de la cual se vinieron avances constantes. “Quien no esté al día en tecnología queda fuera de la competencia”, recalca.
“Hace 40 años quienes hacíamos diseño de iluminación éramos los ingenieros, eran muy pocos lo arquitectos; en los congresos el 90 por ciento eran ingenieros, el resto eran arquitectos, y en nuestros días es a la inversa. Ello ha significado que el diseño de iluminación dejó de ser cuadrado para ser más artístico. Por otra parte, ser mujer en la industria de la iluminación era muy difícil, ahora son muchas quienes ejercen y ello ha dado enorme riqueza».
“En ese tiempo el lenguaje era en luxes y hablar de la conciencia del ahorro de energía llegó mucho después, así como del impacto ecológico como efecto de la iluminación. Ahora, el diseñador debe conocer de otras disciplinas, como psicología para saber qué actitud quieres generar en la gente, qué debe sentir en ese espacio que vas a iluminar».
Nuevos horizontes, nuevos retos
Al concluir ingeniería en la Universidad La Salle, Álvaro Nieva se va a estudiar la maestría a Holanda. En 1987 regresa a México e ingresa a Philips como gerente de Servicios Profesionales. Recuerda que en ese año llegó al país la fluorescente compacta, que era el gran avance tecnológico en la industria.
Experiencias personales de la inseguridad en la CDMX motivaron a Álvaro y a su esposa mudarse a Aguascalientes, y emprender la aventura de iniciar de cero.
Se empleó por un tiempo como gerente de mantenimiento en el Hotel Quinta Real, hasta que las cosas empezaron a no ser cómodas y decidió renunciar. Lo comunicó a su esposa y le dijo que abriría un despacho de diseño de iluminación, a lo que ella preguntó con preocupación “¿y de qué vamos a vivir?”, pues Aguascalientes no era un sitio en el que la profesión garantizara oportunidades de trabajo.
El despacho atendió algunos proyectos, hasta que el maestro Nieva fue contratado por la oficina de Obras Públicas del Gobierno del Estado para hacerse cargo de la iluminación de parques y jardines. Después vino el ofrecimiento para hacer el diseño de la iluminación para la catedral de la ciudad y para el Templo de San Marcos. Por los resultados, su nombre empezó a sonar incluso fuera del estado.
Vinieron proyectos como iluminar el estadio de futbol del Necaxa -en conjunto con Germán Villalobos-, también del estadio de béisbol donde juegan los Rieleros. A ello siguió la iluminación del Museo Nacional de la Muerte, en la misma ciudad, y la Mina del Edén en Zacatecas, proyectos por los que obtuvo premios por parte de la IES y ese fue su despegue como proyectista a nivel nacional.
Álvaro reconoce que al proyecto de la Mina del Edén le guarda especial cariño por todo lo que implicó, tanto la concepción como la realización. “Alguna vez hicimos pruebas con iluminación en tonos morados y el dueño de la Mina se acercó a decirme: «Usted no me ha entendido. No quiero a Disneylandia en Zacatecas». Después de las pruebas le encantó el resultado me pidió dejarlas y me dijo «usted es el que sabe, haga lo que considere necesario». En el Museo Nacional de la Muerte me permitieron experimentar también con el apoyo del rector de la Autónoma de Aguascalientes”.
Esta pandemia nos ha hecho romper paradigmas y para el maestro Nieva adaptarse a la esta modernidad nos ha hecho renovarnos. ¿Qué viene a partir de ello?
“Lo que sigue es la luz dinámica, la forma de adaptar la luz al espacio. Viene la automatización, la creación de ambientes entre la iluminación y la electrónica. Por otra parte, el color es bueno cuando tienes una razón para ponerlo. Entonces, utiliza el color para que diga algo».
“Viene también diseñar para el ser humano, para que la gente sienta algo. Que la luz no sea monótona y poder crear atmósferas intencionadas”.
Álvaro Nieva es el vivo ejemplo de que quien trabaja con entusiasmo, con compromiso, pero sobretodo con conocimiento, trasciende en la industria. “No puedo pedir más, me pagan por dar clases y me pagan por hacer iluminación, que son mis dos pasiones», finaliza el director general de Nieva Iluminación.