Los sistemas de iluminación representan una parte importante del presupuesto de un proyecto. Anteriormente se contemplaba la vida útil de una luminaria y su posterior reemplazo y desecho. La adopción de nuevos conceptos “circulares” implementan productos elaborados con una directriz de máxima productividad y un mínimo impacto al medio ambiente, esto modifica la visión tradicional de consumo para encarar los nuevos retos que enfrentamos a nivel mundial.
Adquirir algún producto, utilizarlo y tirarlo a la basura fue un ejemplo que sirvió a las generaciones anteriores y que parecía no tener mayores complicaciones. Este modelo llamado Economía lineal provocó un uso desmedido que con el tiempo generó graves alteraciones al medio ambiente.
La exigencia cada vez mayor de recursos y el alto gasto energético se han convertido en una carga que es insostenible a largo plazo. Este intenso ritmo de producción y consumo ha impulsado la búsqueda de nuevas alternativas para hacer frente a dichas problemáticas.
El concepto de Economía circular se refiere a un nuevo modelo que incorpora estrategias que pretenden ajustarse y dar solución a la crisis climática y ambiental. Una visión cíclica similar a la naturaleza en la que no existe la idea de desecho o residuo. Se trata de un profundo análisis que va más allá de la simple fabricación y uso de productos para adentrarse en aspectos mucho más complejos como la energía que se implementa, los costos inherentes, las características de los materiales, la huella hídrica y la huella de carbono entre muchos otros.
En esa misma línea de pensamiento países como Alemania o Japón han incorporado el concepto “3R” (reducir, reciclar y reutilizar) que en tiempos recientes ha sumado el término “recuperar”. Una muestra de que la idea sigue mutando, mejorando y extendiendo sus límites a otros rubros para robustecer el modelo y por consecuencia sus beneficios. Es importante destacar que las propuestas en sí mismas no son una solución inmediata y definitiva, representan una alternativa que reduce y retrasa el impacto al medio ambiente que enfrentamos a diario.

Por otro lado, el concepto ha permeado gran cantidad de actividades entre las que se encuentran la arquitectura y la construcción. Un sinfín de anuncios en productos se matizan de color verde entre títulos de eficiencia y sostenibilidad. Conceptos que han pasado de ser la novedad a una simple constante. Ideas usadas y desgastadas que requieren de prácticas mas allá del simple uso y desecho habitual. La problemática implica no solo el reciclaje sino el rediseño de todo el conjunto, cambiar por completo la forma en la que se asume el consumo.
Según Stewart Brand los edificios se pueden agrupar en distintos rubros tales como la estructura, la envolvente, la parcela, las instalaciones, el espacio interior y el mobiliario. Cada uno con una vida útil muy diferente pero coordinada con las demás. Esto permite un mayor control de los elementos lo que a su vez facilita su posterior manejo.
Los sistemas LED pueden permitir un ahorro energético y reducir el impacto ambiental si su vida útil se extiende el mayor tiempo posible. Esto se puede lograr con adecuados procesos de elaboración, instalación, mantenimiento y un posterior reciclaje o reúso. Desde el diseño se debe contemplar su posible y sencilla reparación, adecuación, actualización y fácil reemplazo integrando partes reciclables como los controladores y tableros que reciben un uso intenso y la mayoría de las fallas. Al permitir intercambiar alguno de estos elementos se puede aumentar su duración de forma significativa. Los servicios circulares que unen el mantenimiento, la instalación y el diseño cuentan con el apoyo de empresas que se encargan de todo el proceso de operación permitiendo flexibilidad en adecuaciones, devoluciones, reciclajes, etc.
Aunque los edificios totalmente circulares aún conllevan muchas dificultades se han realizado esfuerzos destacables al respecto. El énfasis aplicado al desmontaje puede evitar demoliciones complicadas y costosas. Ajustes como estos permiten reutilizar y reciclar un alto porcentaje del edificio haciendo una diferencia sustancial con los que no lo hacen.
Cabe destacar que se deben considerar también las posibles reparaciones y ajustes futuros sin generar daños. Se deben diferenciar los componentes y las uniones, crear un listado de características que permita conocer las ventajas y desventajas de cada elemento, minimizar el consumo energético siendo responsable y consciente de su uso y en lo posible usar productos rentados en los que las empresas se hagan cargo de su reparación, reúso y reciclaje.








La economía circular destaca el uso adecuado y sensato de las materias primas para aprovecharlas al máximo y así reducir los desechos y la contaminación. Considera los residuos como recursos y promueve las energías renovables. Requiere para su correcta implementación que tanto gobiernos, empresas y consumidores sigan las premisas mencionadas.
El concepto “circular” representa una opción interesante pero compleja. Requiere que todo el engranaje trabaje en la misma sintonía. El usuario final deberá decidir si continúa con el modelo de consumo tradicional o se ajusta, por el bien de todos, al modelo de economía circular.




Fuentes:
Economía circular
-Climent, A. (2020). Economía circular aplicada a la arquitectura. Espejismo o Realidad. Limaq, 7, 29-71.
Economía circular y sistemas de Iluminación Inteligentes LED
Ejemplos de economía circular aplicados a la iluminación
Hacia una economía circular en iluminación
FOUNTAINBRIDGE WIKIHOUSE
Cradle to Cradle
How Does LED Lighting Help the Environment?