Menos luz para ver las estrellas

Cada vez se presentan más iniciativas a favor de la oscuridad de nuestros cielos. El caso más reciente, Chile

 

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Como resultado del derroche energético y la mala planeación de la iluminación de las grandes ciudades, la contaminación lumínica crea un destello artificial que no implica un problema inmediato para los humanos pero sí para algunas especies de animales que aprovechan la luz de los astros para guiarse en sus rutas migratorias, así como actividades que para realizarse necesitan de los cielos nocturnos.

Con este problema, los astrónomos ven mermadas las actividades de observación, pues las partículas suspendidas en las nubes, que tienen un papel importante en el efecto de reflexión lumínica, aumentan el resplandor rojizo que se observa en las ciudades.

Existen países que se toman en serio esta problemática. Algunos son tan radicales que incluso han planteado que, durante las noches, se apague por completo la iluminación exterior, hasta las que hablan de control y programación.

Lugares como el Observatorio Astronómico Nacional, en México; el del Instituto de Astro física de Canarias y el de Andalucía, en España; y otros que preocupados por la situación han lanzado campañas de educación ambiental y recomendaciones para el uso de la luz en zonas urbanas y sus cercanías.

El caso de Chile es el más reciente. En 2014 entrará en vigor una nueva norma que regula la iluminación de las ciudades para poder ver las estrellas del norte del país y así preservar los cielos nocturnos para la observación astronómica en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.

Con esta iniciativa «se obligará a mantener no sólo bajos niveles de flujos hemisféricos superiores de luz, sino también a evitar la doble iluminación y la emisión en rangos espectrales cercanos al azul», mencionó la ministra chilena de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez.

Con esta iniciativa, Chile pretende obtener la certificación internacional «StarLight», de condiciones óptimas para cielos oscuros, y postular a algunos observatorios a convertirse en Patrimonio de la Humanidad, reconocidos por la UNESCO. Entre los centros astronómicos que destacan en esta zona están el Observatorio Europeo Austral (ESO), el observatorio de Las Campanas, el Interamericano de Cerro Tololo y el observatorio La Silla.

Algunas recomendaciones que hemos encontrado para la disminución de la contaminación lumínica son las siguientes:

Evitar la emisión directa de luz hacia el cielo

Apagar el alumbrado estético y de grandes espacios después de las horas de alto tránsito

Desarrollo de buenos planes de mantenimiento a las instalaciones eléctricas

Mantener un correcto nivel de iluminación

Iluminar exclusivamente las áreas que lo necesiten

Regular la iluminación ornamental, monumental y publicitaria

Reducir el consumo en horas de menor actividad, mediante reductores de flujo en la red pública o el apagado selectivo de luminarias.

Para terminar, la contaminación lumínica no es más que el resultado del mal uso de las luminarias y sus distintas aplicaciones, lejanas de cálculos y estudios que permitan regular su uso adecuado, por lo tanto, antes de instalar cualquier tipo de iluminación se debe pensar cuál es la utilidad de iluminar un punto específico y a partir de ahí seleccionar la luminaria, sin dejar de lado a los expertos en iluminación.

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