En una época donde la situación mundial se ha vuelto caótica debido a la contingencia, resulta difícil encontrar un respiro, pero también puede ser un pretexto para conectar con personas a través de un espacio virtual. Tal como sucedió en el encuentro que iluminet tuvo, desde Ciudad de México, con la diseñadora de iluminación chilena, Mariel Fuentes Orellana, que actualmente radica en Barcelona.
De manera cálida y sin las formalidades que suelen envolver estas reuniones, la arquitecta habló acerca de su trabajo, que abarca la docencia, asociaciones, proyectos y, una de sus pasiones, el yoga.
Para Mariel es importante mantener una buena relación con sus clientes, pues cuenta que algunos de ellos valoran el trabajo de un diseñador de iluminación, pero admite que se ha encontrado con otros que consideran más importante la inversión inmediata, como ocurre en los proyectos desarrollados por fabricantes que, supuestamente, no cobran honorarios por diseño. Situación que a la larga puede traer problemas en ejecución de obra o encarecer el presupuesto por temáticas no previstas, en conclusión, por carecer de un proyecto completo.
Además, el equipo de diseño de una marca (cuyo coste salarial repercute en cada propuesta y venta de producto) no cuenta con el recurso del tiempo necesario para desarrollar un proyecto de iluminación en todas sus fases de manera adecuada.
“Un proyecto gratis es un engaño envuelto en el presupuesto de venta del producto. Hay quien ve la repercusión inmediata en los costes, pero si realmente reflexionamos en que un verdadero diseñador de iluminación lleva de la mano el proyecto de principio a fin, puedes darte cuenta del valor añadido que representa una propuesta conceptual, con un desarrollo técnico aplicado, coordinación entre especialidades, control del presupuesto, gestión de ejecución en obra, integración de iluminación controlada, por mencionar algunos. Un diseño de iluminación dedicado y completo genera una ventaja a lo largo del tiempo”.
A pesar de ello, indica que tiene muy buena relación con los fabricantes porque cree que deben ser aliados de sus proyectos, ya que, al contar con su apoyo, ellos podrán colaborar en resolver dudas técnicas que no se disipan a través de un catálogo, lo que se traduce en un proyecto bien resuelto y un cliente satisfecho, sumado a una venta del producto de las marcas. Todos ganan.
Destaca que, en sus proyectos, los fabricantes son parte del engranaje, además, tiene confianza en varios que únicamente brindan asesorías luminotécnicas, dejando el trabajo de proyectos completos a los diseñadores de iluminación independientes. Desafortunadamente no todos lo hacen de esa manera.
“Nuestro valor profesional no solo se mide a través del coste inmediato de nuestros honorarios, también debe considerarse cuántos problemas somos capaces de evitar y solventar, cuál es el valor añadido que damos al proyecto-usuario y cliente, y temáticas como el ahorro y eficiencia energética de la propuesta, entre otras cosas”.
Mariel Fuentes egresó de la carrera de arquitectura por la Universidad de Chile «en el emblemático año 2000», momento en el cual el campo de la iluminación aún no era muy explorado. Esto fue motivo de cuestionamientos “mucha gente me preguntaba y aún lo hacen, ¿por qué la iluminación? En esos años no era muy estudiado, pero yo tenía la certeza de que, si existía un paisajista, debía existir alguien que diseñara la iluminación”.
Sin embargo, no fue una razón para frenar el propósito que apareció al cursar el tercer año de arquitectura y, cuatro años después de concluirla, decidió viajar a Salamanca, España, para tomar la especialidad de diseño de interiores, ya que en su país de origen no existía un estudio que cumpliera sus expectativas.
“En los primeros años la gente cercana me cuestionaba: ¿de verdad quieres dejar la arquitectura por un campo tan desconocido? ¿Habrá trabajo? Pero yo no tenía datos concretos. Mi única certeza era que quería dedicarme a eso”.
La diseñadora recuerda que en algún momento pensó que la arquitectura no había sido la mejor elección como profesión. Pero al entrar en contacto con la luz como herramienta, y conocer todas las fases que involucra un proyecto de iluminación, supo que estaba en el camino correcto. “Todo tiene una razón de ser, una cosa se conecta con otra, desde la conceptualización hasta el desarrollo técnico. Fue algo que me enamoró desde el minuto uno”.
Al concluir la especialidad en Salamanca, Mariel se muda a Barcelona y tras un tiempo en el que buscaba asentarse “como todo forastero que se instala”, forma parte de uno de los despachos más antiguos e importantes en España, artec3, en el cual permaneció desde 2006 hasta 2016, año en el que decide fundar su propio despacho, LDLuz.
Sobre esta etapa de su vida menciona que ha sido un gran desafío, y tras cuatro años se siente contenta y el balance es bueno. Nunca para de aprender y de crecer.
“No es un camino fácil, pero tampoco empecé el despacho desde cero, salvo en la parte estratégica y administrativa. Esto no hubiera sido posible sin la experiencia y trayectoria que adquirí gracias a mi estancia en artec3, periodo en el que me formé y pude participar en proyectos con arquitectos de renombre, como Toyoo Itō, RCR, Kengo Kuma, entre otros”.
Asimismo, destaca que otro reto importante de estar al frente de un despacho de iluminación es que ahora ella debe dar la cara, porque al formar parte de un estudio siempre existe el respaldo de alguien más, aunque cuentes con un cargo de importancia.
En cuanto a la satisfacción que le ha dejado tener su despacho, la arquitecta considera que lo más importante para ella es ver a la gente disfrutar y vivir los espacios. Eso compensa cualquier situación de estrés que hubiera podido presentarse al desarrollar un proyecto. “Era un camino que se estaba creando antes de saber que tenía que tomarlo. Toda persona cuando mira para atrás, puede ver claramente que el cambio se veía venir”.
Al cuestionarla sobre su proyecto favorito, menciona que algunos la han llenado no por la magnitud o importancia, sino por lo que representa en cuanto experiencia humana y trabajo en equipo.
Pero si se trata de elegir uno a nivel de proyecto, se inclina por el Holmes Place, un centro deportivo de Barcelona, en el cual su despacho colaboro en el área de spinning, salón de entrenamiento funcional, entrenamiento dirigido y sala de yoga.
En este último espacio se detiene a contar que hacer yoga es una parte fundamental de su vida, además de la luz. “Es una gran pasión, así que en este proyecto pude entrelazar dos cosas. Tuve que llevar mi comprensión de lo que debe ser un espacio para yoga, desde el punto de vista de una practicante y profesora, llevado a un diseño de iluminación coherente”.
Su labor no solo se ve reflejada en proyectos. Además de ser fundadora del despacho LDLuz, imparte clases en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) dentro de la maestría de diseño de iluminación en la materia «Representación y comunicación gráfica de la luz», la cual consiste en crear un discurso de proyecto coherente y fluido, a través de un análisis conducente para poder ser presentado de manera gráfica.
“Intentamos que la comunicación de todo sea paulatina, desde la idea, concepto hasta la realización técnica”.
También forma parte del grupo de profesores en el Centro Universitario de Diseño de Barcelona, BAU. En este caso en la especialidad de diseño de interiores, colaborando además en el Máster en Innovación Audiovisual y Entornos Interactivos.
Por otra parte, da clases en el Instituto Europeo del Diseño (IED) en Madrid y Barcelona de la misma forma que en la UPC, en una maestría de diseño de iluminación.
“En las clases que imparto, además de entregar diversas herramientas gráficas, me encargo de aclarar las ideas que los alumnos ya tienen en la cabeza, intento que vean su potencial para que lo puedan plasmar de una manera lógica y coherente. Juego con las piezas que ellos mismos me dan para intentar ayudarles a construir un discurso, y una vez que está creado, lo llevamos a una representación gráfica que, a nivel estético y comunicativo, vaya de acuerdo al relato y narrativa del proyecto”.
En contraposición al momento en que estudió la universidad, la diseñadora señala que la iluminación ha crecido de manera importante. Sobre todo desde que radica en España, donde ha visto un crecimiento en cuanto al número de despachos de iluminación arquitectónica en los últimos 8 años, destacando la variedad de perfiles entre ellos.
Además, enfatiza que dentro de Europa no hay mayor complicación en realizar proyectos en otros lugares debido a la cercanía e interconectividad entre países. Pone como ejemplo a seguir Francia, país en el cual, en todo concurso de obra pública, es necesario contar con un diseñador de iluminación en el equipo de proyectos. Situación ideal para el entorno profesional del diseñador de iluminación, digna de imitar en otros sitios.
Lamentablemente, no todos los países lo hacen de la misma forma y para mejorar esta situación, cobra importancia su trabajo en las asociaciones de diseño de iluminación, como lo realiza desde hace ocho años en la junta directiva de la APDI en España y los últimos tres años en IALD.
Desde estas dos perspectivas diferentes, puede ver el trabajo que realizan por hacer crecer el gremio. Algo de lo que se siente orgullosa al ser integrante y cree firmemente que todos aquellos interesados en la luz también deben hacerse parte de ellas, ya sea como participantes o seguidores.
Las asociaciones son un altavoz y una carta de presentación para llegar a diferentes territorios y gremios, situaciones en las que como individuos sería más complicado llegar y hacerse notar; por ello es necesario valorar su labor.
“Debemos evangelizar a nuestra sociedad de que somos necesarios y por qué lo somos. No se trata de convencernos entre nosotros, sino de hacernos visibles con los demás profesionales y gremios; es un tema social y cultural”.
Además de las actividades que ya se mencionaron, Mariel forma parte de la iniciativa “Women in Lighting” y se refiere a este proyecto como algo caído del cielo para todas las mujeres profesionales de la iluminación.
Participa en las actividades que se realizan de manera interna y desde la APDI; sin embargo, la situación que ha generado el COVID-19 ha truncado algunos proyectos que se realizarían en estos meses del año.
Desde su perspectiva, tanto en España como en otras partes del mundo, a pesar de que los despachos de iluminación en el mundo se componen del 50 % o más de mujeres, hasta ahora no se les da la visibilidad ni puestos de primera línea, por ello es importante continuar con este proyecto.
Finalmente hace mención sobre su paso por México, país al que recuerda con mucho cariño “mi experiencia fue increíble. Tengo mucho aprecio por la gente que me recibió allá”.
La arquitecta chilena menciona que venía de una estructura muy ordenada y pragmática, a pesar de ser la parte Sur de Europa, caracterizada por la espontaneidad, pero al llegar a México se encuentra con escenarios distintos y vuelve a tomar contacto con esa frescura tan necesaria e inspiradora, aunque también es verdad, según nos confiesa, que a veces esa manera de trabajar la pone un poco de los nervios y le recuerda a Chile. “Coincidí con muchos mexicanos al cursar el Máster, con algunos de ellos mantengo amistad, y al visitar su país comprobé que son, a nivel humano y profesional, intelectualmente muy inquietos y creativos. Hay mucha gente talentosa en México”.
Además, Mariel Fuentes resalta la variedad de eventos que se presentan en CDMX, así como la calidad en el diseño en todos los sentidos, incluida la comida, pues recuerda que hasta los platillos le parecían bonitos.
A pesar de solo haber vivido dos meses en el país, para ella fue un capítulo completo.

Desde Bolivia, saludo a la Presidente de APDI, Mariel Fuentes, que tenga exitosa gestión en el 2021.