Por Mario Aburto Castellanos
“Las grandes ciudades europeas se han iluminado hasta el hartazgo, y no podemos continuar esta tendencia, debemos corregir esos errores y evitarlos en otros lugares del orbe”, sostiene enérgico Roger Narboni, ese argelino de nacimiento, ciudadano francés y leyenda de la iluminación urbana que ha revolucionado el diseño de iluminación al declarar muerta a la iluminación arquitectónica y concentrar sus esfuerzos en la iluminación ambiental.
Puntual a su cita matutina en el auditorio del Museo Regional de Querétaro, en la ciudad mexicana de Querétaro, con motivo del Segundo Encuentro Iberoamericano de Lighting Design, en su ponencia “Ciudad y oscuridad” expone los diferentes proyectos para los que ha aportado un plan maestro de iluminación con énfasis en la estrategia social y ecológica.
París, Nantes, Tolosa, Chartres, Vichy, Bruselas, Milán, Torino y Atenas, entre otras, y el premiado paisaje nocturno del canal de Hangzhóu en China, son algunos de los sitios en el mundo que ha intervenido con su despacho de iluminación.
Para resolver ese exceso de luz e iluminación, Narboni propone una estrategia provocativa: regresar la oscuridad a las ciudades pero no de una manera radical sino equilibrada, “…debemos trabajar con técnicos y políticos, pero sobre todo con la gente que adopta, emplea y vive la luz, respetando el ambiente, para tener claro dónde conservar la iluminación y dónde conservar la oscuridad”, aclara.

Sostiene que le agrada lo muy provocativo de la idea, pero no por pose sino porque es un creyente y amante de la oscuridad: “…todo proyecto debe contemplar situaciones muy especiales, por ejemplo, en las zonas urbanas naturales proponemos e instrumentamos oscuridad total durante la noche; en las zonas de actividad industrial atenuamos la luz conforme la gente va saliendo luego de las 20:00 horas, y en las carreteras también se va atenuando para apagarla por completo alrededor de las 21:00 o 22:00 horas”, explica.
Al final de su exposición abunda: “Otro factor que nunca debe obviarse es la cultura local, por ejemplo, en China gustan de hacer las cosas al estilo chino, con contrastes violentos. Para ellos nunca hay suficiente brillo, en una ocasión sugerimos una silueta sencilla para una torre submarina, pero quisieron añadir el símbolo de un dragón acuático que supuestamente impedía las inundaciones, en China asocian todo con la mitología y hay que respetarlo”.
Rostro sonriente, poblada ceja sobre lentes rectangulares, cabello escaso, barba a medio crecer y esa expresión de complicidad en la mirada; en entrevista con Iluminet, al final de su conferencia, comenta sobre las tendencias con que se malinterpreta la iluminación: “Se tiende a pensar que los jóvenes adoran la vida nocturna e iluminada, pero tengo un hijo adolescente que prefiere la oscuridad”, espera unos instantes y suelta una carcajada, su rostro abandona el color rosáceo y vuelve a la expresión seria: “…las ciudades están pobladas por diferentes personas, desde ancianos hasta niños, y deben satisfacerse las necesidades de iluminación para todos, incluidas la flora y fauna que también las habitan”.
Respecto del riesgo que correrían las empresas de iluminación con iniciativas que requieran cada vez menos luz, concluye categórico: “El regreso de la oscuridad a las urbes no es el fin para la industria de la iluminación, la economía verde reorientará sus esfuerzos e inventará y desarrollará nuevos productos para iluminar de manera diferente y permitir la oscuridad necesaria”.
Oscuridad, concepto provocativo en iluminación: Roger Narboni
Estimado Roger,
Luego de leer tu artículo me permito responderte no para polemizar pero al contrario para argumentar sobre tu punto de vista, ya que considero se puede prestar a una interpretación anti-histórica y antisocial.
Yo te entiendo en tu planteamiento sobre la obscuridad, particularmente la uso, pero en mi caso, y en mi casa en particular se trata de una exploración personal para entender como se habitaba la noche en el pasado, en el siglo12, por ejemplo. Lo yo hago justamente para investigar que era lo que significaba vivir atado a un candil, por todas partes por las cuales transitabas para que alumbrara el camino. Y es que tienes que tomar en consideración que al menos 100.000 generaciones de seres humanos vivieron en la obscuridad, en muchos casos temerosos de ella. Salir de la obscuridad ha representado un avance muy importante para la civilización y los ejemplos históricos abundan para demostrar que la iluminación es un bien inalienable. En mi biblioteca tengo un libro de Louis Figuier de 1882 y en el autor se felicita en el prólogo de la nueva iluminación eléctrica de la plaza de la Ópera y denigra de aquella de gas de su calle de Paris en “El arte de la iluminación”. Su reflexión en los albores de la iluminación eléctrica es un testimonio muy importante para explicar el porqué estamos donde estamos.
En este sentido pienso que el cambio tecnológico que permitió que la gente dispusiese de luz de manera permanente y sin usar el fuego como fuente es un salto hacia adelante que no tiene vuelta hacia atrás. De hecho, personas tan influyentes en el mundo científico como Jeff Tsao del laboratorio Sandia explica, con ecuaciones en la mano, en un papel que publicó recientemente que como la iluminación está directamente relacionada con el PIB y lo más probable es que ni siquiera con los LED se llegue a una situación en la cual se consuma menos electricidad para producir luz, muy por el contrario, se consumirá más… Lo que te quiero explicar es que tu argumento, el cual comparto hasta cierto punto, no tendrá valor alguno en la gran mayoría de ciudades del mundo más allá que los lugares privilegiados de Europa donde tal vez se podría logra una reducción como tu planteas. Pero en cualquier otra metrópolis, especialmente en aquellas donde hay barrios gigantescos como en el DF, la idea de la obscuridad como ideal será vista con malos ojos. Tienes que pensar que en Cairo, Kinshasa y Nairobi por ejemplo, la idea de regresar a la oscuridad es anacrónica y sería contestada vigorosamente por la población.
¿Porqué crees que la oscuridad y el miedo están tan relacionados en la literatura, la de Poe por ejemplo? Hay que encontrar caminos para reducir la contaminación lumínica pero no podemos regresar a la oscuridad, ni queriendo…
Un cordial saludo
Duilio Passariello
passariello@light-plus.com
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