Reflexiones desde la Nave Karnak

Resulta impresionante ver la gran apertura, interés y talento que refleja, absorbe y transmite la naturaleza de nosotros los mexicanos.

Y cuando digo mexicanos, no me refiero al haber sido la manifestación existencial de un acto de amor en el territorio nacional, sino a la dimensión del conocimiento emocional y trascendencia de los sentidos que nos identifica como identidad Solar cosmogónica.

Aun en momentos que pretenden confirmar lo contrario, la experiencia vivida en UNAM durante cinco extensos días, con una audiencia permanente y de persistencia fanática al mensaje de la luz y la iluminación compartido.

Solamente, en forma resumida, el reconocer en la audiencia y la institución la unión social colectiva cimentada en la expectativa del conocimiento y la experiencia visual.

Hablamos del Sol, el cine, el alimento, la poesía, literatura, el proyecto, en la experiencia de iluminación compartida.

Un gran esfuerzo de nuestro benefactor ERCO,Alemania, el soporte académico del área de Educación Contínua, Facultad de Arquitectura de UNAM, personal operativo y logística de apoyo como Pat Henry-Iluminación en soporte visual, Ollin Iluminación SACV en soporte de producto, Cabaret, Anónima SC de Erik y Sindi, técnicos y administrativos de apoyo.

Pero en todo esto, la triunfadora fue la luz en sus manifestaciones y consecuencias al gran interés que existe por el conocimiento de esta invisible energía.

Seguramente las universidades y medios de comunicación, al igual que la industria y profesionales tenemos abierta la posibilidad de encauzar la dirección adecuada de la iluminación en arquitectura y el espacio social cuidando su resultado como medio benefactor de la convivencia  y apertura a la expectativa del conocimiento y la compresión.

Al igual que nuestra cultura de origen en el territorio mexicano.

Gustavo Aviles.

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