Relieves barrocos recuperan su presencia en la fachada oriente de la Catedral

iluminet es posible gracias al apoyo de

Ahora se puede apreciar con mayor detalle la historia detrás de las esculturas y nichos novohispanos.

[box3l] Iluminación: Aleksandar Lalicki Posavec
Cliente: Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México
Fotografía: Marie Ferrer
Instalación: Fachada Sur: Grupo Tares, fachada Oriente: Z&A Servicios
Año: 2018 [/box3l]

Uno de los edificios más significativos de la arquitectura mexicana es la Catedral Metropolitana. Entre sus aspectos más sobresalientes es el tiempo que se requirió para su construcción, que fue de casi 250 años. Basta con mirar sus múltiples fachadas, así como el interior de las naves y capillas para reconocer la propia transformación del arte y la arquitectura con acabados que van del gótico, pasando por el barroco, churrigueresco y neoclásico.

El Sagrario de la Catedral Metropolitana es un ejemplo de esta evolución, ya que fue construido en el siglo XVIII durante el apogeo del barroco. Sus dos fachadas se encuentran decoradas con imágenes de apóstoles, escenas bíblicas, cortinas flotantes y un gran número de querubines, también destacan racimos de uva y granadas como símbolo de la sangre de Cristo.

Como sucede con frecuencia, todos estos detalles suelen perderse literalmente en la oscuridad por no contar con una iluminación que dirija la atención a ellos y así puedan ser valorados. En respuesta a esta situación, el proyecto a cargo de Aleksandar Lalicki Posavec, trabajó de cerca con el INAH y un equipo de arqueólogos para diseñar una iluminación que le diera una nueva presencia a esta construcción.

Uno de los mayores retos fue la disposición de las distancias para iluminar con la misma intensidad las diferentes zonas de la Catedral. La solución fue usar equipos Griven (miembro de Experience Brands junto con Lamp), y su luminaria Coral en configuración de Blanco Dinámico con temperaturas de color entre 2700K y 6500K, lo que brindó la libertad de programar la calidez a voluntad.

La gestión de energía y de control de escenas se planificaron para los distintos eventos del calendario eclesiástico a través de tableros inteligentes Lyntec y del equipo de control de Nicolaudie, además de la programación y conexión del reloj astronómico, diseñado y elaborado por Z&A servicios.

Durante los trabajos se realizó una mejora al diseño, la que no se contempló al inicio del proyecto. Por ello, se creó una red local (LAN) para enlazar de forma inalámbrica los sistemas de control, tanto para la fachada oriente, como para la fachada sur, lo que no solo permitió la programación de la iluminación, sino también el acceso al sistema eléctrico para revisar el estado de los circuitos sin la necesidad de abrir la bóveda dónde el equipo está instalado.

Cómo muchos proyectos en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el reto más grande fue mantener el impacto mínimo al patrimonio arquitectónico, por lo que el equipo de arqueólogos también apoyó en el diseño de las «zapatas» para los postes con una profundidad y peso adecuado para mantener la firmeza de los postes sin invadir las capas inferiores de suelo.

Finalmente, con el permiso del INAH se instalaron luminarias con la posibilidad de aplicar el color sobre la fachada, respetando el mismo calendario eclesiástico, al señalar únicamente 7 fechas durante el año, para amenizar con una «aplicación de color».

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