Los astros se alinearon para llevar la reunión de jueces de la Bienal al Ampurdán, una comarca histórica en Cataluña, no lejos de Barcelona, donde descubrimos una casa de campo ideal para encontrarnos en un ambiente relajado.
En las reuniones de las bienales anteriores, parte de los jueces venían a Ciudad de México y otros participaban a distancia, pero este 2021, por casualidades de agenda y el apoyo de dos patrocinadores –Leds C4 y Simon que tienen oficinas centrales en Cataluña- nos animamos a mover la reunión para allá. Fue un éxito y de lo más agradable.
Claudia Paz, Marco Góngora, Javier Ten, Dean Skira, Esther Torelló y Diana Solis revisaron los 196 proyectos (nuevo récord de recepción) en sesiones muy enriquecedoras, llenas de reflexión y dialogo sobre la profesión y los desafíos que enfrentan los diseñadores en Latinoamérica y en todas partes.
Javier Ten y Marco Góngora Esther Torelló, Rafael Gallego y Diana Solís Esther Torelló Luis Juan
Evaluar los proyectos es muy grato, pero a la vez es arduo. Todo concurso tiene una parte de subjetividad, los jueces solo tienen algunas fotos, en algunos casos videos, y una breve ficha descriptiva. Dejar fuera alguno siempre es una decisión compleja. Sin embargo, al analizar el proceso con una visón general, la selección ha quedado muy bien balanceada, y sin duda representa una buena muestra del diseño de iluminación de nuestra región. Por otra parte, los ganadores y menciones de honor son en verdad proyectos muy bellos y sólidos, donde es patente lo que la luz puede lograr en un espacio.
Lo he dicho varias veces e insisto, todos los proyectos fueron vistos anónimamente y con todo detenimiento. Tenerlos y administrarlos es una gran responsabilidad para Iluminet que asumimos con mucho gusto. Además, aun falta el proyecto de la selección de público. En un par de semanas estarán publicados en la web los 196 trabajos y la votación estará abierta para que el más votado complete la colección de la IV Bienal. Los 196 proyectos vienen de 91 estudios ubicados en 12 países de la región. La selección final de la IV Bienal ha quedado en 48 proyectos que serán parte del libro, y muy pronto vamos a tener el gusto de informar a los estudios que están en la selección.
Algo muy especial en las reuniones de jueces es la convivencia personal. La reunión es un suceso entre colegas y amigos, pero ahora esto se estiró al máximo, pues convivimos en una casa de campo casi como en nuestros tiempos de estudiantes. La experiencia fue como estar dentro de un reality show preparándonos de comer, lavando platos y sobre todos conversando y riendo muchas horas, y donde además de trabajar en la revisión nos dio tiempo de visitar algunos lugares hermosos y de comer de maravilla.
Hubo festival de comida mexicana, crédito a Marco y Javier que trajeron desde México los ingredientes para hacer mole, quesadillas de jamaica, entre otras viandas, y consiguieron tortillas de maíz en Barcelona. Vamos, se lucieron. Otra noche fue el festival de comida peruana gracias a Claudia Paz, quien también llevó desde Lima un lomo delicioso preparado y empacado por un chef amigo de ella. Además, delicias españolas, incluyendo una paleta de jamón serrano, gracias a Esther, nuestra anfitriona local quien, junto a un invitado especial, nuestro querido Rafael Gallego (quién ha sido juez y participante en otras bienales) fueron los encargados de coordinar cantidad de detalles para tener una reunión inolvidable.
¿Qué sigue para la Bienal? viene la votación del público, la edición del libro y en febrero del año próximo la presentación con la selección, los ganadores y menciones de honor. El gremio que se dedica a la luz es muy especial. Esta iniciativa para convocar a diseñadores, fabricantes y a otros medios de comunicación especializados es única e invaluable. Así que ¿quién dijo que no se pueden juntar el trabajo y el placer?… Somos afortunados y disfrutamos mucho lo que hacemos. Gracias por seguirnos y compartir está pasión.