Detrás del atractivo natural de estas «pinturas» o lightpaintings, se encontraba un cuidadoso empleo del espacio, de las capacidades de reflexión y refracción de la luz, del color y de la percepción. Su material principal era un tipo de vidrio o espejo dicroico recubierto con múltiples capas de óxidos metálicos que él mismo cortaba y daba forma, los cuales tienen la propiedad de reflejar la luz de forma selectiva en función de su longitud de onda.
Para su creación no se bosquejaba ni programaba previamente el diseño, Knapp era el encargado de darle forma espontaneamente, de tal manera que diversos críticos encontraron similitudes con el proceso de creación de Vasili Kandinsky al “lograr una síntesis de pensamiento y sentimiento, ciencia y arte, lógica e intuición».
En una de sus entrevistas comentaba sobre su trabajo:
Lo divertido de lo que hago con la luz es que no hay nada en nuestra memoria visual que nos prepare para lo que estoy haciendo […] El hecho de que mis obras puedan hacerse con luz, que no haya pintura en estos paneles, es algo que asombra a mucha gente. Lo que intento hacer aquí es tratar de desafiar las nociones tradicionales de la percepción. ¿Qué es? ¿Es real? ¿No es real? ¿Importa?
Stephen Knapp colaboró con arquitectos y diseñadores a lo largo de su carrera, de igual forma fue autor de The Art of Glass e impartió conferencias sobre el proceso creativo, artístico y arquitectónico del vidrio.
Las obras de Stephen Knapp se pueden apreciar en museos, colecciones públicas, corporativas y privadas, principalmente en Estados Unidos. Entre sus obras destacadas se encuentran:
Seven Muses Para el gran vestíbulo del centro Eisemann en Richardson, Texas

First Symphony Escuela de Música Estatal Ball en Indiana

The Definition of Possible, Instituto Politécnico de Worcester
