Todos los momentos son de luz: Carlos Hano

La iluminación debe ser pensada para las personas, nos deja claro el diseñador

Charlar con el diseñador de iluminación Carlos Hano es muy sencillo, su plática es fácil y su conocimiento amplio. Pero además hay un rasgo que distingue su personalidad en cada uno de los temas que se tocan con él: se preocupa por el efecto en el ser humano, es decir, piensa en qué impacto puede dejar a la gente una buena iluminación urbana, un proyecto mal ejecutado, la agrupación de sus colegas o la situación actual de la industria.

Saboreando mojarras y camarones, y acompañados de un par se cervezas, Carlos cuenta que aun siendo estudiante de la Facultad de Arquitectura en la UNAM, un compañero con el que no tenía mayor amistad lo invitó a ocupar el puesto que él estaría por dejar en Lux Populi, el estudio de diseño de iluminación que encabeza Thomas Patterson.

“Mi estancia en la iluminación la debo a Thomas, fue un gran educador y mentor, conoce lo técnico y lo práctico, y sobre todo el componente psicológico que es parte de la iluminación. Él como ingeniero y yo como arquitecto nos complementamos y sacamos adelante muy buenos proyectos. Me infectó en el concepto de la luz”.

Casa H, Ciudad de México. Lightchitects Studio

La invitación llegó a Carlos cuando regresaba a México después de haber estado de intercambio por seis meses en la Universidad McGill en Montreal (Canadá), en 2007. La experiencia en Lux Populi le enseñó no solo a realizar proyectos de diseño, sino también a entrar en el negocio y en la industria de la iluminación.

“Thomas es muy rígido y exigente. Logró una oficina abierta y compartida que beneficia a todos. Aprendí mucho con él de la práctica, pero sentía que tenía huecos en el conocimiento que debería cubrir, como proyectos en exteriores y en espacios urbanos. Eso era lo que me interesaba porque es en la gente donde más impacto tenemos los diseñadores de iluminación, en el espacio público o en los lugares culturales, como museos”.

En 2012 Carlos dejó Lux Populi y buscó hacer una maestría en México pero no la había. Buscó varias becas que le permitieran estudiar fuera del país pero no tuvo resultados favorables. Realizó proyectos a manera de freelance para sortear un largo año, hasta que volvió a aplicar a las becas y la suerte le cambió.

Bailarina Jeff Koons, Museo Jumex, Ciudad de México. Lightchitects Studio

Fue aceptado en Parsons The New School for Design (Nueva York, EU) donde encontró el conocimiento que buscaba. Su tesis de maestría fue dirigida a cómo reinterpretar la iluminación urbana, “Humanizar la Iluminación Urbana” cambiando el énfasis de la iluminación del asfalto a las banquetas por su importancia para los peatones.

“Los proyectos de espacio público y los sociales son lo que más me gustan, y lamentablemente en México son los más descuidados en diseño de iluminación. Se desarrollan para cubrir los requisitos de norma o las recomendaciones, y van enfocados al auto mayoritariamente, y no precisamente en el peatón”.

“Sería increíble diseñar la iluminación urbana calle por calle, donde se puedan acentuar detalles arquitectónicos, que la gente se pueda apropiarse de un pedacito de banqueta y hacerla suya durante la noche gracias a la luz. Hacer un planteamiento así a las autoridades está en mi lista de cosas a lograr algún día”.

Recuerda que en la clase de diseño de luminarios en Parsons cada alumno tenía que presentar un proyecto. Algunos compañeros tenían definido harían luminarias decorativas, pero no imaginaban que habría que aplicar el conocimiento técnico. En otras palabras, la calificación dependería de entender la luz y su aplicación.

“Se trataba de pensar en la luz y cómo funcionaba e idear una solución creativa con el requerimiento técnico. Tiempo después de haber terminado el semestre concluimos que había sido la mejor clase”.

Siempre estar pensando en luz

La plática siguió en el restaurante La Veracruzana y ante la presencia del vendedor de billetes de lotería, Carlos Hano dijo: “El que no arriesga no cobra”.

Después de la maestría tuvo la oportunidad de trabajar en el estudio Sean O´Connor Lighting, en Los Ángeles (EU), donde aprendió una forma distinta de ver la luz, el diseño de iluminación y el negocio. Sin embargo, después de 15 meses tuvo que regresar a México, pues la beca Fullbright que otorga el gobierno de EU brinda dinero para los estudios de maestría, con la idea de que el beneficiado regrese a su país y con su conocimiento tener impacto en la gente.

“A mi regreso en septiembre de 2015 inicié la aventura de abrir Lightchitecs Studio, mi despacho de diseño. Intentamos pensar en el espacio interior pero también en cómo vive el edificio hacia afuera y cómo aportar en algo al contexto urbano”.

NATY ABASCAL ¡Y LA MODA!, Museo Jumex, Ciudad de México. Lightchitects Studio en colaboracion con Lux Populi

Señala que al inicio empezó a conocer fabricantes, aprendió a hacer negocios y a cotizar sus proyectos, donde cada concepto se volvió un reto diferente pero aprendió solo. Fue un proceso muy grato que le dejó claro con quien puede establecer alianzas para hacer equipo para sacar adelante los proyectos.

“Aprendí a cobrar sin salir herido en el camino, a negociar con el cliente para hacerle ver el servicio y el valor agregado que das al proyecto. Es nuestra labor como diseñadores de iluminación educar a los despachos de arquitectura y hacerles ver desde los conceptos, el proceso de diseño, la importancia de la supervisión hasta que la obra se concreta. Demostrarles que tu trabajo es valioso no solo por las muchas horas que inviertes sino todo lo que entregas en un proyecto”.

Sobre la posibilidad de establecer un tabulador para cobrar los proyectos de iluminación, como lo tiene el Colegio de Arquitectos para sus miembros, Carlos Hano dice que es una apreciación subjetiva y que muy pocos lo cumplirían.

“No todos hacemos lo mismo, no todos tenemos los mismo alcances, no todos hacemos solo diseño, y todo ello complica hacer estándares. Muchas cosas determinan cómo vas a cobrar un proyecto. Sería interesante hacer un ejercicio en el que nos juntáramos varios y todos cotizáramos un mismo proyecto, para después dejar ver cada una de las propuestas. Hay quien diseña y gana comisiones por lo que especifica, y eso no está mal ni está bien mientras el cliente este consciente de donde estás sacando ingresos, simplemente son maneras de abordar el negocio.

Tras pasar el susto de haber tragado una espina de la mojarra que comía, Carlos explica que le gustaría llevar a cabo en México un ejercicio que vivió recurrentemente en su estadía en Nueva York.

Museo Constituciones, Ciudad de México. Lightchitects Studio

“Una vez al mes un diseñador de iluminación invitaba a colegas a ver uno de sus proyectos acabados. Como anfitrión te llevaba por cada uno de los espacios para explicarte si había logrado su objetivo y cómo lo hizo, así como los obstáculos para hacerlo. Y entonces recibía la opinión de los asistentes y se suscitaban pláticas muy enriquecedoras. Era ´ver qué ven ellos´ y se compartía el conocimiento. Lo fomentaré para hacerlo alguna vez aquí porque nos ayudaría mucho”.

Todos los momentos son de luz, de aprendizaje de día o de noche

Carlos Hano valora a quienes le antecedieron en el diseño de iluminación, pues abrieron brecha en la industria y por ello son reconocidos.

“Son como los hermanos mayores, tienen un camino andado más grande y de ellos hemos aprendido mucho. Pero quienes formamos las generaciones de abajo nos enfrentamos a los mismos problemas que ellos, estamos en la misma industria, nos toca competir entre nosotros pero somos colegas, y plantear cosas distintas hará la diferencia. Lo mejor es unir y no dividir, compartir más en vez de bloquearnos o ponernos el pie. Eso hará que la comunidad de la iluminación sea mejor; mientras más abiertos más compartidos”.

Asimismo, destaca que le preocupa que se hable de ´nueva generación´ y ´vieja generación´, pues eso marca una separación y es un muro que no debe existir.

“Me preocupa también que de pronto se descuide la calidad de los proyectos por efecto de los esquemas de negocio, y que como consecuencia de ello no busquen más el diseño de iluminación como prioridad número uno. Eso nos puede afectar como industria, porque si alguien lo hace de forma mediocre al final ese cliente pensará que todos son unos farsantes y no vuelven a acudir al especialista. Eso debe tener la atención de todos, más que formar un club o una agrupación. Los malos diseños de iluminación nos afectan a todos”.

Museo MIDE, Ciudad de México. Lightchitects Studio

Finalmente, sobre la participación cada vez en mayor número de las diseñadoras de iluminación, Carlos deja claro que para él no se puede categorizar el diseño realizado por hombres o mujeres.

“Hacía falta que hubiera más mujeres. He colaborado con ambos géneros y no puedo decirte que haya un hilo conductor que una a todas las mujeres con las que he trabajado e igual con los hombres. Cada quien tiene su propio sello e imprime sus habilidades y conocimientos a su modo de trabajar.

“Las veo como colegas a la par, y en el desempeño se enfrentan a situaciones distintas o desfavorecedoras en un ámbito mayoritariamente machista; eso es lo que debe de cambiar».

Carlos Hano tiene muy claro que desde donde se aborde la iluminación debe cumplir un fin social. Y así lo plasmó en la plática que pudo seguir por varias horas más.

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