Torres Moonlight, los primeros pasos del alumbrado público moderno

En la búsqueda por la mejor iluminación urbana, en el pasado se llegó a considerar que emular la luz de la luna sería una buena opción.

Las características actuales entorno al alumbrado público suelen orientarse en su capacidad de eficiencia, las necesidades de los usuarios y el cuidado del ambiente. Para llegar a este enfoque, la iluminación tuvo que pasar por un curioso proceso, no siempre exitoso en la acción pero siempre con una serie de lecciones importantes para futuros proyectos.

A finales del siglo XIX, cuando la bombilla eléctrica era toda una novedad y recién comenzaba a extenderse por Estados Unidos, no todas las ciudades contaban con la infraestructura para la instalación de postes eléctricos a lo largo de las calles, ya que en un inicio se consideraba poco práctico y costoso. Esto no impidió que surgiera una alternativa que pudiera ofrecer «suficiente» iluminación por la noche.

Torre Moonlight San José, California, diciembre 1881.

Conocidas también como Moontower o lunas artificiales fueron construidas unas estructuras de aproximadamente 50 metros de altura diseñadas para iluminar la mayor superficie desde un punto muy elevado. Para lograrlo, utilizaron luz de arco de carbón o descarga de arco. Uno de los beneficios de usar este tipo de iluminación fue que podían considerarse como muy eficientes. Sin embargo, tenían el inconveniente de poseer un resplandor demasiado intenso para soportarlo a corta distancia; con frecuencia sus varillas de carbono se quemaban con rapidez y en sus primeras etapas las luces duraban apenas dos horas antes de tener que remplazarse. Con el tiempo, los diseños mejoraron para que fueran capaces de durar toda la noche y de forma simultánea comenzaron a usarse en ciudades europeas.

Una de las torres más representativas (en parte por ser de las más elevadas) se encuentra en San José, California (EU) con sus 72 metros y una capacidad de casi 75,400 lúmenes. Aunque en realidad nunca cumplió su objetivo de iluminar a toda la ciudad y cambiar las varillas de carbón fue un desafío para los trabajadores. La torre de San José inspiró a otras (incluso se ha sugerido que a los propios constructores de la Torre Eiffel), que en su mayoría fueron diseños de entre 30 y 50 metros de altura, todos con el firme propósito de ser un símbolo de bienvenida al prometedor futuro de la energía eléctrica.

En la misma década de 1880 otras ciudades en Estados Unidos se hicieron populares por sus torres, como fue el caso de Austin, Texas, con una estructura capaz de iluminar un radio de 460 m; en Nueva Orleans, con la facultad de iluminar parte del río Misisipi, o en Detroit donde se instaló un sistema de 122 torres en el centro de la ciudad.

La entrada al nuevo siglo representó una competencia encarnizada en el desarrollo tecnológico enfocado en la electricidad, por lo que las Moontowers no tardaron mucho tiempo en quedar gradualmente obsoletas. Uno de problemas más frecuentes entre los usuarios fue el ángulo de iluminación, pues los transeúntes solían tener quejas respecto a cómo las sombras proyectadas generaban un efecto de desorientación al caminar y se convertía en un potencial peligro. Si se añaden los altos costos de uso y mantenimiento, este sistema de iluminación fue remplazado poco a poco por otros más prácticos y económicos.

En Austin aún quedan de pie algunas torres, más como monumentos históricos o puntos de referencia que realmente un sistema de alumbrado público. La pequeña placa conmemorativa menciona:

Esta es una de las 17 torres que aún quedan en pie de las 31 torres erigidas entre 1894 y 1895, en uso continuo desde entonces. Sus luces de arco de carbono iluminaron toda la ciudad. Ahora las lámparas de vapor de mercurio proporcionan balizas a lo largo de muchos kilómetros en carreteras y vías aéreas desde el anochecer hasta el amanecer. Se dice que Austin es único en este espectacular método de iluminación.

Moontower West 41st Imagen: Andy Mattern

Como se puede observar, la necesidad y el deseo de las ciudades por innovar a través de la luz no ha cambiado en más de 100 años y seguirá siendo una constante por un largo tiempo. Es el turno de los diseñadores y especialistas de nuestro tiempo el ser capaces de apreciar y reconocer el camino recorrido, de sumergirse en los nuevos paradigmas de la iluminación para finalmente generar mejores proyectos.

[box] Imagen destacada: Boceto del malecón de noche – iluminación con luz eléctrica, Nueva Orleans. Imagen: J. O. Davidson, 1883 [/box]

Bibliografía
Tower of Light: When Electricity Was New, People Used It to Mimic the Moon 
City Lights: Austin’s Historic Moonlight Towers

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