Ante las medidas que poco a poco se han implementado para el cuidado del planeta, la empresa Lamp tiene una estrategia para la implementación del desarrollo sostenible en la manufactura de luminarias, requisito fundamental para la conservación del medio ambiente y la salud de las personas, sobre todo en ambientes laborales y educativos. Por ello, tuvimos la oportunidad de conversar con Raquel Quevedo Roldán, directora de marketing de Lamp.

Raquel, cuéntanos acerca de las iniciativas y actividades relacionadas a la salud, la sostenibilidad y la economía circular que hacen en Lamp.
Todas las acciones que comentaste están desarrolladas en Worktitude for Life y en Worktitud for Wellbeing, que es la parte de sostenibilidad y terminan entrecruzándose entre ellas. Estas acciones de bienestar las desarrollamos e incorporamos nuevas tecnologías de ciclos circadianos en las que combinamos confort visual y acústico. Fomentamos también la parte de divulgación en ambas líneas. Recientemente participamos en la Wellference con temática que gira entorno a cómo se ligan los objetivos de desarrollo sostenible con las certificaciones WELL.




Otra acción de divulgación participaremos en una feria de Madrid entre 28-30 de marzo llamada Rebuild, que se guía en tres ejes: digitalización, sostenibilidad y arquitectura industrializada, que intenta acompañar el cambio que la arquitectura y la construcción deben tener por ser una de las industrias más contaminantes.
Hacemos también mucho trabajo para tener evidencias, certificados y datos que apoyen a esto, haciendo análisis de ciclo de vida de los productos y declaraciones ambientales.












¿Cómo han aterrizado el tema para platicarlo con los clientes, usuarios, que sea una aplicación real en el proyecto?
Lo primero es la parte de divulgación y es muy importante para que los clientes sepan que deben pedir; hay mucho desconocimiento al respecto y normalmente, aunque los clientes piden una solución de iluminación sostenible, debes explicarles que el mayor impacto de una luminaria es en su fase de uso y, para eso, lo principal es una buena eficiencia energética para consumir menos energía y que la durabilidad de la luminaria sea mayor.




Por un lado, es explicar y entender los impactos que tienen las luminarias y, por otro lado, hacer análisis de ciclo de vida del producto nos permite tomar buenas decisiones sobre cómo mejorar los productos, porque nos damos cuenta de dónde tener un mayor impacto.
Tratamos también de dar información a los clientes para que puedan leerla y evaluar el impacto. Siempre intentamos dar la información de las huellas de carbono a través de las declaraciones de productos colgadas en la web. También es importante hacer acciones no solo en el producto, sino también en cómo hacemos, por ejemplo, qué tipo de energía se usa en las fábricas. El hecho de tener placas solares instaladas nos permite un autoconsumo de aproximadamente un 40%.




¿Cómo ha sido la respuesta del público?
Yo siento que está habiendo una respuesta espectacular de los clientes porque todo el mundo necesita implementar este tipo de soluciones. Muchas veces hay mucho desconocimiento, todo el mundo habla de ello, pero encontrar soluciones aterrizadas cuesta mucho. El público acoge muy bien el mensaje y pregunta cada vez más sobre el tema. Incluso personas que no eran nuestros clientes han venido a buscarnos al no haber tantas respuestas aterrizadas. Diría que a nivel industria aún falta madurar el concepto porque aún no hay estándares claros, pero la transformación de la circularidad en la arquitectura y la construcción se beneficia por medio de este cambio, que es necesario, y debe hacerse tendencia.




En la industria de la iluminación están llevando un auténtico liderazgo con esta información. ¿Qué acciones consideran que deberían hacerse en la iluminación para garantizar un cambio?
Cuando apareció la iluminación LED se pensaba que era la solución absoluta porque era energéticamente eficiente, no se usaba mercurio en su fabricación y era una solución sostenible por sí mismo. En ese momento, en la iluminación se dejaron de hacer cosas por pensar que el LED lo era todo, nos quedamos detenidos porque ya estábamos satisfechos, pero la realidad es que se empezaron a hacer malas prácticas, lo más común es que si te falla la luminaria, la tiras y se pone una nueva porque te va a durar muchos años y repetimos el proceso. Hoy sabemos que esto no puede ser así, de hecho, nosotros en Chile y Barcelona actualizamos tecnológicamente luminarias instaladas hace 10 años. Cuando hacemos cambio de luminarias para convertirla en LED, pensamos más en la actualización que en el reemplazo.




¿Cuáles son los retos a enfrentar para el cambio que Lamp propone?
Una parte de nuestro trabajo es mejorar nosotros mismos como empresa, pero también en el mundo en que vivimos hoy tenemos que apoyarnos unos a otros y compartir este tipo de experiencias hace que la industria evolucione por medio de los casos de éxito. El cambio que proponemos, evidentemente, no lo podemos hacer nosotros solos: debemos hacerlo de la mano de los proveedores, de los clientes e incluso de la competencia. Uno de los cambios más profundos que se hacen en los productos es la materialidad, dado que debes cambiar el diseño para hacerlos compatibles con cierto tipo de materiales que, la mayoría de las veces, es reciclado; el material debe cumplir con ciertos requerimientos a la vez que el diseño debe ser estrictamente compatible con el propósito de que la presentación estética no se vea comprometida de ninguna manera.



