L’Observatoire International ha diseñado un esquema de iluminación integrada para el Museo Metropolitano de Arte que revela la profundidad de la fachada del edificio de Bellas Artes y ayuda a hallar caminos en el nuevo diseño de la plaza.
La majestuosa y sólida fachada de Bellas Artes del Museo Metropolitano de Arte ha ocupado una parte de la “milla de los museos” de Manhattan por más de un siglo. Diseñado por Richard Morris Hunt, con adiciones en las “alas” por McKim, Mead & White, el edificio se distingue por enormes columnas corintias, entablamentos pesados, cornisas intrincadas y detalladas, y arcos monumentales. Tan impresionante como es esta fachada, su presencia durante la noche se ha perdido por alrededor de una generación completa, eliminado por el fuerte alumbrado público, estos halogenuros metálicos que deslumbran y son el colmo del diseño.
Pero un reciente rediseño de la plaza Met por la firma de arquitectura Ollin con base en Philadelphia ha transformado la parte de enfrente del museo en la Quinta Avenida con instalaciones para la convivencia, incluyendo nuevos árboles, fuentes de agua que sustituyen a las fuentes viejas; así como opciones de asientos para los asistentes.
“La inspiración de nuestro diseño iba por ese lado”, dice el fundador de L’Osservatoire International, Hervé Descottes. “La presencia del edificio en el día y en la noche eran diferentes. Iluminado como estaba desde el otro lado de la calle con dispositivos de iluminación muy poderosos, la fachada perdía todo su sentido del volumen. Parecía casi plana. No había demasiadas sombras. Era una forma brutal de iluminación para iluminar una arquitectura tan increíble”.
Descotes y su equipo trataron de encontrar una manera de conectar mejor las tendencias asombrosas del museo de obras de arte clásico con su exterior, para llevar al visitante de la experiencia casi imponente de estar adentro, vagando a través de sus salas de tesoros engalanada, a la experiencia de mirarlo desde la calle, relajándose en la plaza. Al mismo tiempo, el equipo no quería que la iluminación fuera demasiado estridente o que acentuara demasiado los momento más ornamentados de la arquitectura.
La estrategia que el equipo decidió era centrar la iluminación únicamente en ciertas relaciones de la fachada, como la jerarquía entre entre la columnata y la puerta de la entrada, o las alas y los pabellones que flanquean. También decidieron colocar los accesorios de una manera tal que da la impresión que la piedra de la fachada en sí estaba brillando desde adentro.
“Tenemos un montón de situaciones aplicadas”, dice Descottes. “Me hice cargo primero de la vista de los peatones. Mi preocupación era cómo te sientes cuando estás en la calle ¿qué veía la gente cuando miraba el edificio? Yo no quiero que veas todos los amarres y cables; y pues con el LED es más fácil integrar y oculta los accesorios, así que es lo que hicimos”.
L’Observatoire utiliza LEDs exclusivamente para iluminar la fachada y la plaza. En la fachada, el equipo posicionó accesorios lineares de LED, 7,5W por pie de LED, en la base de las columnas con el fin de comunicar su volumen y profundidad. La colocación de los accesorios y distribución del haz se consideraron cuidadosamente para no crear puntos calientes, distribuir el deslumbramiento y se usaron lentes difusores de chorro de arena para crear una calidad de luz difusa. Los diseñadores de iluminación le dieron al pórtico un énfasis adicional con focos que flanquean la entrada, enmarcándola con una banda precisa de luz. Un rango de temperatura de color blanco cálido fue elegido para la iluminación, entre 2700K y 3500K dependiendo de la colocación de luminarias. La ligera variación en la temperatura se utiliza para acentuar las jerarquías de la fachada. El color también fue acompañado en la mayor medida posible el edificio en sí, creando una continuidad en la forma en que aparece durante el día y la noche, así como dar la sensación de que la propia piedra está emitiendo luz. “Es realmente una sensación de que el edificio se ilumina desde el interior, dando una sensación de ‘¡Wow, está vivo!’”, dice Descottes.
En la plaza, la iluminación se integra en l plano de apoyo y enfoca la luz sobre los objetos primarios sobre la superficie dura. Accesorios de acento LED en los árboles y accesorios lineares LED que destacan las bancas. También otros proyectores LED de haz concentrado enfocados en los mástiles y en las fuentes. Aquí de nuevo puede observarse ligeras variaciones en la temperatura del color entre 2700K y 3100K que crean una jerarquía a través del espacio.
Además de las ligeras variaciones en la temperatura del color, L’Observatoire establece el esquema de un sistema de control que permite a los diseñadores para cambiar los niveles de luz en diferentes áreas, de nuevo para enfatizar la jerarquía de la arquitectura. El sistema también ajusta los niveles de luz según el tiempo y la cantidad de luz solar disponible. Como el día se convierte en noche, la iluminación se enciende muy brillante para competir con la luz natural restante en el ambiente. Esto evita que el edificio se convierta en un contraluz al competir con la luz del amanecer.
A media que el cielo se oscurece, la iluminación se vuelve más suave, acomodando su performance de caliente a frío, de brillante a oscuro. Permanece encendido mientras está cerrando el museo, y después comienza su proceso de apagado: En primer lugar, los pabellones que flanquean se van a negro; después, las alas que conectan también se van a negro, y finalmente sólo la puerta de entrada queda encendida. El proceso fue diseñado así para conservar la energía y para reducir la luz dispersa que puede brillar en las ventanas de los vecinos. “Los vecinos son muy sensibles”, dice Descottes. “Queríamos asegurarnos de que nuestro diseño es elegante y no ofende a nadie”.
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