Cuando se habla de iluminación sostenible, lo primero que se nos viene a la mente es que sea económica. Nuestras consideraciones se basan en la idea preconcebida de que todo proyecto en iluminación debe cumplir con la necesidad básica que es iluminar y ya, pero es aquí donde existe una gran oportunidad para un diseño de iluminación realmente sostenible.
La correcta iluminación es una idea que conlleva un gran potencial para la mayoría de los que practican esta disciplina del diseño. Si bien la parte económica es importante en un proyecto de iluminación, escatimar en el productor siempre resulta en uno de dos escenarios posibles: que los niveles de iluminación sean menores al mínimo legal establecido en la NOM para centros de trabajo, o lo peor, que se adquieran luminarias de tan baja calidad que en menos de 6 meses ya presenten fallas al grado que se requiera realizar nuevamente la inversión y que en este momento no se tenga el presupuesto para solucionar el problema.
La forma de cumplir con el aspecto económico de la iluminación sostenible es adquiriendo buenas luminarias que requieran poco mantenimiento, tengan una larga vida útil y que sean las adecuadas para el entorno donde estarán, y todo esto es resultado de un buen diseño de iluminación.

En el aspecto ecológico, debemos contemplar 3 cosas:
Primeramente, el consumo o la eficiencia energéticos. Muchas luminarias tienen una eficiencia base de unos 100lm/w, lo que las convierte en una luminaria promedio energéticamente hablando ya que en el mercado existen actualmente luminarias que rondan una eficiencia energética de alrededor de 140lm/w o mas, las cuales son eléctricamente eficientes en comparación con una luminaria promedio. En este primer aspecto ecológico específicamente de eficiencia energética, entre mayor sea la cantidad de lúmenes producidos por watt consumido es mejor.
En segundo lugar, tenemos que considerar la vida útil de la luminaria. Si adquirimos una luminaria sumamente económica, estamos esperando que tenga una vida útil de unos 6 meses hasta que presente problemas. En contraste, una luminaria de buena calidad que asegura una vida útil de unas 30000 horas durará un aproximado de 10 años, casi 20 veces más.
Como tercer punto es el manejo de los residuos, pues al final de la vida útil se requiere desecharla. Por lo cual, hay que considerar que las luminarias seleccionadas estén hechas de plástico y demás materiales reciclables como el aluminio pues juega un papel crucial en su disposición final.

En el aspecto social y humano del diseño de iluminación, existen varios puntos a considerar:
1.- La calidad visual en el ambiente, materiales de los acabados, colores claros, mobiliarios que no obstaculicen el paso de la luz. Todo aquello que proporcione un entorno visual agradable, saludable y que propicie el bienestar.
2.- La utilización de la luz natural que es clave para la eficiencia energética, pero que no genere deslumbramientos. Además, se debe tener un control correcto que permita mantener los niveles de luz en el interior pues cuando la iluminación sea superior a los niveles necesarios, el espacio deberá estar completamente alumbrado de manera natural.
3.- El diseño flexible que permita no solo realizar los mantenimientos necesarios, sino que, en caso de reorganizar el mobiliario, permita reubicar el sistema de iluminación bajo previo diseño es fundamental si no se querer rehacer el sistema de iluminación desde la relocalización de los interruptores hasta el cambio en la ducteria y cableado.
