Cuando se piensa en utilizar luz natural en interiores, lo primero que viene a la mente es cómo introducirla, como a través de ventanales en pisos inferiores y tragaluces en pisos superiores, así como tecnologías de control que permitan la atenuación automática de la luz y limitar el máximo de luz que entra para evitar deslumbramiento. Sin embargo, también debemos considerar la composición física de la luz natural que queremos aprovechar ya que puede ser un factor importante en nuestro proyecto de iluminación.
El espectro de luz emitido por el sol es una referencia en cuanto al espectro de referencia que una fuente de luz emite. Si bien se puede considerar que el sol emite un CRI del 100%, en realidad, este espectro apenas supera el 99%, ya que pequeñas variaciones ambientales, de calibración del equipos y de sensibilidad del mismo pueden afectar negativamente dicha medición, así como también la posición global donde se realice la medición, la hora del día y la estación del año, ya que todos estos factores pueden modificar este resultado.

Dichas alteraciones y los factores que las propician varían en todo momento, ya que si consideramos que la localización de nuestro proyecto de iluminación está en una ciudad donde la contaminación ambiental por smog o incendios forestales modifica el espectro de la luz natural que ingresa a nuestro local, esto puede por ejemplo repercutir en la saturación que el artista percibe de un pigmento que emplee en ese momento o del color vibrante que un cliente percibe al comprarse un nuevo atuendo.




La tendencia arquitectónica actual es incorporar vegetación como jardines y árboles a los nuevos proyectos arquitectónicos, lo que genera una nueva problemática en términos de calidad de luz para las plantas inferiores de cualquier construcción. Aunque a la vista suele ser atractivo y relajante apreciar el jardín exterior, este mismo jardín, además de reducir la cantidad máxima de luz natural aprovechable dependiendo de la especie de algunos árboles, es la «permeabilidad del espectro» que tienen.




Como resultado, el espectro de luz natural indirecta que llega al exterior de una ventana es alterado por el medio vegetal que atravesó. Esta modificación de la luz natural no solo resulta en la disminución del nivel de luz aprovechable, sino también en la propia Temperatura de Color Correlacionada (CCT), ya que el CCT del sol directo que alguna vez tuvimos en 6772K ahora se redujo a 5848K. Además, el índice de reproducción cromática medido pasó de un Ra=99.6 en la luz solar a un Ra=94.3 en la luz natural del jardín.




Dado lo anterior el aprovechamiento de la luz natural en un espacio interior puede generar ahorros significativos en el consumo de energía eléctrica. Sin embargo, es importante considerar ciertas alteraciones en la composición física de la luz natural, como el espectro de la luz emitido por el Sol y la absorción por la vegetación, que pueden afectar la calidad y cantidad de la luz aprovechable en el espacio interior. La localización geográfica, la hora del día, la estación del año, la contaminación ambiental, entre otros factores, pueden influir en dichas alteraciones. Por lo tanto, es importante considerar estos factores si el proyecto lo demanda.