La noche del 31 de enero, miembros de Luzinterruptus, un colectivo español de iluminación artística, perpetuó una intervención de protesta en plena calle de Madrid.
Esa noche, ciudadanos españoles tomaron las calles de forma espontánea para protestar contra la corrupción política que fue puesta al descubierto por un periódico nacional y que implicaba, con nombre y apellido, a toda la cúpula del gobierno español.
Mientras que las fuerzas policiacas trataban de controlar el orden público en la sede del Partido Popular de Madrid (PP), Luzinterruptus optó por usar una calle central, cerca de la Gran Vía, y ahí llevaron a cabo su protesta de 25 minutos de luz y sonido con humo.
La protesta consistió en dejar bombas de humo caseras a los pies de 9 luminarias de alumbrado público, con la intención de oscurecer la calle más iluminada del área bajo una densa nube de humo.
Este entorno, que pertenece a una zona de post-conflicto o de una iglesia durante las horas de misa, invitaba a los transeúntes a quedarse y mirar cómo el humo se materializaba en haces de luz gracias al alumbrado, formando conos imperfectos en el espacio y movimientos hipnóticos.
Durante horas, el humo logró activar todas las alarmas de fuego de la Gran Vía. Esto contribuyó de manera significativa al malestar general que reinaba en la calle.
El viento, al esparcir el humo, causó que, eventualmente, toda la calle estuviera cubierta con una capa blanquecina que producía un sentimiento de pesadez y tristeza. De igual forma, era extraño para las personas escuchar el sonido de las alarmas sin que hubiera fuego visible o algún olor a quemado.
La pieza sirvió también, según miembros de Luz Interruptus, para «ratificar nuestra idea de cuán necesaria es una iluminación sustentable y más suave, para la contaminación de Madrid».
Si deseas saber más sobre este colectivo o su pieza «25 minutos de protesta en humo», ingresa a su página web: http://www.luzinterruptus.com/